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Más de 350 audiencias, 14 imputados, la familia esperando… Un año después, ¿dónde está la investigación?

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Fue hace un año. La noche del 18 al 19 de noviembre de 2023, Thomas, estudiante de secundaria de 16 años y jugador amateur de rugby, murió en la ambulancia tras recibir una puñalada mientras participaba en el “baile de invierno” de Crépol, un pueblo de 500 habitantes en la Drôme.

Esa noche, la fiesta degeneró cuando estalló una pelea entre jóvenes jugadores de rugby y un grupo de Romans-sur-Isère, localidad situada a unos quince kilómetros de distancia. En un contexto confuso, algunas personas sacaron cuchillos e hirieron gravemente a cuatro personas, entre ellas Thomas, quien murió a consecuencia de sus heridas. Una vez hecho, ¿dónde está la investigación? 20 minutos hace balance de esta cuestión.

Aún no se ha identificado al autor del golpe mortal

Tras doce meses de investigaciones, 14 personas, entre ellas tres menores de edad, fueron imputadas por “homicidio doloso y tentativa de homicidio doloso por banda organizada”. Se arriesgan a cadena perpetua. Pero en un año, a pesar de las audiencias de un centenar de testigos, de un expediente de investigación que incluye más de 350 audiencias y de la existencia de vídeos, los investigadores aún no han adquirido certezas sobre el autor del golpe mortal. Todos los acusados, ocho de los cuales permanecen detenidos, niegan su responsabilidad, aunque las sospechas se centran en dos o tres de ellos, según una fuente cercana al caso.

Según información de RTL, algunos de los sospechosos admiten haber lanzado barreras, dado puñetazos y patadas “para defender a un amigo”, o haberse involucrado muy brevemente en la pelea… Pero ninguno admite haber estado “más allá” de la violencia. y habiendo dado el golpe fatal.

Catorce imputados pero “no catorce asesinos”

Según una entrevista consultada por la radio nacional, los jóvenes de Romans-sur-Isère se reunieron al día siguiente de los hechos para “averiguar qué actitud adoptaron”. Entre ellos, siete huyeron a Toulouse antes de ser detenidos por el GIGN. Las audiencias también revelan que la mayoría de los imputados destruyeron o desaparecieron sus teléfonos móviles y la ropa que llevaban la noche del baile. “Hay 14 acusados, pero no 14 asesinos”, resume la maître Elise Rey-Jacquot, que defiende a dos hombres junto con su colega Bilel Hakkar. Defiende el escenario de una “pelea de graduación que se intensifica, no un ataque racista organizado y planificado”.

La familia de Thomas ‘lista para esperar’

La familia de Thomas, recibida la semana pasada por los dos jueces de instrucción junto con otras víctimas, está dispuesta a esperar el tiempo necesario para las investigaciones, según su asesor Alexandre Farelly. Tienen “confianza” en la justicia y demuestran “paciencia”. “Si queremos que se haga con calidad, debemos darle este tiempo”, explica el abogado. “Es una familia normal, enfrentada a algo que escapa a su control. Y logran mantenerse dignos”, subraya. “Siempre es difícil, en un solo escenario de violencia, identificar al autor de un apuñalamiento, frente a personas que no siempre quieren hablar”, observa el maestro Denis Dreyfus.

El abogado se dispone a representar a varias víctimas, entre ellas al comité organizador del baile y a los jóvenes heridos durante la velada. Algunos “aún no habían encontrado la fuerza” para dar el paso de presentar una demanda civil tras una “escena traumática”, señala.

Una recuperación política de la extrema derecha

Para todos los protagonistas, también fue necesario gestionar el eco mediático y político del asunto, invadiendo las redes sociales, pero también las calles, con manifestaciones de ultraderecha “por Thomas” en varias ciudades.

Dos asociaciones identitarias intentaron convertirse en partes civiles, sin éxito. Para justificar su acción, se basaron en las palabras de nueve testigos (de 104) que dicen haber escuchado comentarios hostiles “hacia los blancos” la noche de la tragedia. Pero otros “escucharon a los jugadores de rugby que querían ‘golpear la pelota'” después de la llegada de los jóvenes, afirmó entonces el maestro Romaric Chateau, abogado de uno de los sospechosos. La fiscalía, por falta de pruebas al respecto, no consideró circunstancias agravantes vinculadas a “raza, etnia, nación o religión”.

Otras condenas vinculadas a este caso

Sin embargo, en un año se dictaron varias condenas relacionadas con este asunto. Entre ellos, cinco personas recibieron penas de prisión condicional de cinco meses por haber participado en un desfile de ultraderecha pocos días después de la muerte del estudiante de secundaria. El tribunal penal de Valence condenó también a un hombre de 27 años a catorce meses de prisión, seis de los cuales con suspensión de la pena, por haber amenazado con “decapitar” a Marie-Hélène Thoraval, alcaldesa de LR de Romans-sur-Isère, y por querer “Hacer malabarismos con su cráneo”.

Finalmente, a finales de octubre pasado, nueve internautas fueron condenados a penas que van desde una multa de 500 euros a cuatro meses de prisión, por haber distribuido mensajes de odio y los nombres y direcciones de los sospechosos del asesinato del adolescente.

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