Es una masacre para las fábricas francesas y sus empleados. Michelin anuncia el cierre de sus fábricas de Cholet y Vannes, que emplean a 1.200 personas. Un cierre “inevitable” según el grupo, debido, cito, a “la competencia asiática en neumáticos para furgonetas y vehículos pesados, pero también al deterioro de la competitividad europea”. La preocupación, la ira y la lucha se extienden entre las filas de los empleados de Michelin, que intensifican las manifestaciones. Michelin ya ha eliminado puestos y sedes en Francia, Europa y China, siempre en nombre de una producción y una competitividad en descenso. “A pesar de estos cierres, Michelin sigue prosperando: el grupo pretende obtener 3.400 millones de euros de beneficios en 2024, una cifra similar a la de 2022”, se indigna en Libération Serge Allègre, secretario federal de la Fnic-CGT, el sindicato de la rama química. Un caso que no es ni mucho menos aislado. Esa misma semana, Auchan anunció la eliminación de 2.300 puestos de trabajo. Los empleados de la plataforma química Vencorex se ven amenazados por la eliminación de 425 puestos de los 450 actuales. En el gigante del automóvil Stellantis, los pedidos se detuvieron y provocaron el cierre de subcontratistas como MA France en el 93; o en Rennes, donde se eliminan 250 puestos de trabajo temporales. Se destruirán “miles de puestos de trabajo” “en sectores que se encuentran en situaciones preocupantes”, advirtió Marc Ferracci en France Inter, el sábado 9 de noviembre. Toda la comunicación en torno a la política de reindustrialización de Emmanuel Macron se está desmoronando, analizan Thomas Porcher y Lisa Lap. La consecuencia directa de la política de oferta del gobierno pero también de los ex presidentes, desde hace más de 10 años, según el economista.
La ira agrícola está comenzando de nuevo con fuerza. A pesar de las cortinas de humo del gobierno el invierno pasado, nada ha funcionado para los agricultores franceses. La confederación campesina continúa sus movilizaciones contra el Mercosur, un acuerdo de libre comercio que amenaza directamente a la agricultura familiar francesa, señalan los campesinos. La FNSEA anuncia movilizaciones a partir de este lunes. El empresario que lo dirige, Arnaud Rousseau, también critica al Mercosur después de haber apoyado el libre comercio hace unos meses. En el terreno, los agricultores hablan principalmente de ingresos.
Entre este y el tema anterior, los fracasos de Emmanuel Macron se multiplican, casi 6 años después de los chalecos amarillos. Lisa Lap y Thomas Porcher lo descifran todo, ¡es el Momento Porcher!
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