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armas de largo alcance, ¿un punto de inflexión en el conflicto?

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Apenas unas semanas antes de que Donald Trump llegue a la Casa Blanca, la administración Biden autorizó a Ucrania a utilizar misiles de largo alcance en territorio ruso. Un giro estratégico que podría pesar en futuras negociaciones con Moscú.

Se borra una nueva línea roja. Estados Unidos dio un giro estratégico en su apoyo a Ucrania al anunciar, este domingo 17 de noviembre, que autorizaba a Kiev a atacar territorio ruso con misiles estadounidenses de largo alcance.

Hasta ahora, el ejército ucraniano sólo estaba autorizado a utilizar estos misiles ATACMS de largo alcance para atacar objetivos rusos en zonas ocupadas de Ucrania, incluida Crimea anexada, y en regiones fronterizas rusas directamente vinculadas a operaciones militares de Moscú.

“Por primera vez Kiev podrá atacar detrás del sistema militar ruso, a 200 o 300 kilómetros de la frontera”, explica a BFMTV.com el general Jérôme Pellistrandi, asesor de defensa de nuestro canal. Entre los objetivos potenciales de Kiev se encuentran “puestos logísticos, depósitos de petróleo e incluso bases aéreas”.

Ningún “cambio de juego”

Estos ataques “desorganizarán las cadenas de suministro de hombres, equipos y municiones de Rusia, pero no constituyen necesariamente un cambiador de juego capaz de invertir el curso de la guerra”, matiza Cyrille Bret, investigador asociado a los institutos Montaigne y Jacques-Delors.

De hecho, la decisión estadounidense llega muy tarde en el conflicto, mil días después de la invasión rusa de Ucrania. Tanques, aviones y luego misiles: Estados Unidos y Occidente han ido poniendo a disposición sus capacidades militares poco a poco.

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“La administración Biden (…) ha caído en la trampa de creer que podemos ‘gestionar’ una guerra en lugar de liderarla”, subraya en la red social Andrew Michta, experto del grupo de expertos Atlantic Council. “Necesitaba ganar en un momento en el que su moral estaba alta y las fuerzas rusas no tenían logística, ni defensas, ni liderazgo, permitimos que este conflicto se convirtiera en una guerra de desgaste”, lamenta el analista.

escalada rusa

Dos meses antes de su salida de la Casa Blanca y del regreso de Donald Trump a los negocios, Joe Biden finalmente ha terminado accediendo a una petición formulada desde hace mucho tiempo por Volodymyr Zelensky.

Este giro se produce en un momento en el que el conflicto vive una nueva escalada con la llegada de soldados norcoreanos al frente ruso, según autoridades ucranianas y estadounidenses. Al dar lastre a los ucranianos, “Joe Biden quiere enviar un mensaje a Putin: ‘si internacionalizas el conflicto, les autorizo ​​a ir más allá'”, descifra Guillaume Ancel, ex oficial y analista militar, en nuestro plató.

Según él, el ataque ruso con drones y misiles contra Ucrania durante la noche del sábado al domingo también podría haber precipitado el anuncio estadounidense. “Al saber que los enfrentamientos terminarán tras la toma de posesión de Donald Trump, Vladimir Putin aumenta su violencia. Por su parte, Joe Biden también quiere demostrar que sabe hacer todo lo posible”, explica.

Hay que tener en cuenta el contexto americano de transición entre Donald Trump y Joe Biden, añade Cyrille Bret. “Los presidentes estadounidenses suelen utilizar este período de transición para tomar iniciativas en las que ya no se ejerce el control electoral o legislativo”, explica el geopolitólogo. “Esta decisión es la señal de una administración Biden sin futuro pero sin inhibiciones”, cree.

Equilibrio de poder en las negociaciones

El fortalecimiento del arsenal ucraniano llega finalmente en un momento en que las perspectivas de negociaciones entre Rusia y Ucrania son cada vez más concretas. El presidente electo Donald Trump hizo de poner fin a la guerra en Ucrania una promesa de campaña, llegando incluso a afirmar que podría resolver el conflicto “en 24 horas”. Este sábado, el propio presidente ucraniano declaró que quería poner fin a la guerra “por medios diplomáticos” en 2025.

“Joe Biden quiere establecer un equilibrio de poder menos desfavorable para Ucrania antes de iniciar negociaciones”, continúa Cyrille Bret. Concretamente, se trata de “proteger los avances ucranianos” y “evitar cualquier avance ruso demasiado significativo”.

Según el New York Times, los misiles estadounidenses deberían utilizarse primero en la región fronteriza rusa de Kursk, parcialmente controlada por Kiev. “Esta es la única gran victoria ofensiva de Ucrania desde el inicio de la guerra, para un trueque con Rusia, es un territorio importante que hay que conservar”, subraya Cyrille Bret.

Pero al ejército ucraniano el tiempo se le acaba. El próximo enero, Donald Trump podrá deshacer lo que hizo Joe Biden.

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