Para que cese la guerra, Hezbolá debe “capitular”, afirman las autoridades israelíes. Lo cual parece poco probable hoy en día. La imagen de arriba con la bandera de Hezbollah dominando el campo de ruinas causado por los incesantes ataques israelíes refleja el estado de ánimo del movimiento chiíta.
Esto es lo que afirmó el lunes el nuevo ministro israelí de Defensa, Israel Katz, según declaraciones transmitidas por la AFP, durante su primera reunión con el jefe del Estado Mayor desde que asumió el cargo.
Esta posición maximalista del “bulldozer” israelí, que sucedió a Yoav Gallant, escriben nuestros colegas del Orient le Jour, muestra que Tel Aviv está más decidida que nunca a alcanzar sus objetivos en la escena libanesa tras la elección de Donald Trump a la presidencia estadounidense. Sobre todo porque el término “capitulación”, utilizado generalmente en el contexto de guerras entre Estados, está cargado de significado y sugiere un conflicto prolongado. Porque a pesar de las importantes pérdidas que ha sufrido, el partido chiita (y detrás de él Irán) parece lejos de querer ondear la bandera blanca.
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