Hacedor de reyes // De Mikkel Serup. Con Anders W. Berthelsen, Lene Maria Christensen y Tommy Kenter.
despues de ver Cábala del rey Hace mucho tiempo tenía curiosidad por saber cómo evolucionaría esta historia política con su secuela, titulada Hacedor de reyes. En esta nueva producción, las intrigas políticas de la primera parte regresan con un toque de novedad, pero sin escapar de una cierta redundancia que perjudica un poco la originalidad del guión. Sin embargo, la película consigue captar la atención gracias a las notables actuaciones de los actores, en particular la de Anders W. Berthelsen, que interpreta a Ulrik Torp con innegable maestría. El hilo común de Hacedor de reyes retoma en gran medida los elementos narrativos de Cábala del reysumergiendo al espectador una vez más en los vericuetos de la política y las rivalidades de poder. Esta continuidad, aunque interesante para los fans de la primera parte, le da a la secuela un aire de déjà vu.
El periodista Ulrik Torp, después de una ola de despidos y una larga fase de desempleo, encuentra una pasantía en el mismo lugar donde trabajó antes. Su antiguo colega y actual redactor jefe, Henrik Moll, le pide que cubra el asesinato de un joven empleado del Ministerio del Interior. Junto con los jóvenes becarios Emma y Simon, Torp sigue la pista de un pequeño círculo de ex políticos y altos funcionarios que harán cualquier cosa para garantizar que el poder permanezca en buenas manos.
De hecho, la trama sigue una estructura similar a la de su predecesora, centrándose en un entorno político con cuestiones y manipulaciones familiares. Para quienes esperaban una renovación o un giro argumental, la historia puede parecer algo predecible. Dicho esto, el suspenso está bien construido y la trama logra mantener la atención del espectador. Los giros y vueltas, aunque no muy innovadores, están lo suficientemente bien organizados como para despertar la curiosidad y ofrecer momentos de sorpresa. La historia, sin ser significativa, se puede seguir con interés; cumple su función de entretenimiento y conduce a algunas reflexiones sobre la naturaleza del poder y los límites de la moralidad en el mundo político. En este contexto, la interpretación de Anders W. Berthelsen resulta ser una de las fortalezas innegables de Hacedor de reyes.
El actor interpreta a Ulrik Torp con una intensidad que capta instantáneamente la atención, dándole al personaje una profundidad que lo diferencia del resto de protagonistas. Su presencia en la pantalla es magnética y su juego de matices saca a relucir los dilemas internos de Ulrik, un periodista atrapado en los engranajes del poder. Gracias a él, cada escena en la que aparece adquiere una dimensión extra, haciendo la trama más creíble y cautivadora. Los otros personajes, aunque interpretados con precisión, luchan por alcanzar el mismo nivel de excelencia. A veces permanecen en la sombra, como si sólo estuvieran ahí para servir de telón de fondo al talento de Berthelsen. Esto no significa que carezcan de habilidades, sino que la actuación de Berthelsen es tan llamativa que eclipsa a los demás papeles.
Este desequilibrio crea una dinámica en la que ciertas interacciones carecen de fuerza, pero la fuerza de su interpretación logra compensar estas debilidades. Dónde Hacedor de reyes Podría haber sobresalido como secuela, fue arriesgándose a alejarse más de la trama inicial. La historia, aunque agradable, sigue siendo demasiado similar a la de Cábala del reylo que dificulta el potencial creativo de la obra. En lugar de explorar nuevas dimensiones del mundo político, la película simplemente recicla ciertos temas y tramas, dando una sensación de redundancia. En este sentido, Hacedor de reyes muestra signos prometedores, pero acaba lastrado por esta falta de audacia narrativa. Sin embargo, esta elección de continuidad podría complacer a ciertos espectadores que buscan estabilidad en una secuela. Para aquellos que disfrutaron la primera parte y desean redescubrir la atmósfera, las tensiones y los dilemas morales de Cábala del rey, Hacedor de reyes Cumplirá perfectamente con las expectativas.
Sin embargo, para los fanáticos de los thrillers políticos que buscan algo nuevo, la película podría dejar una muestra de asuntos pendientes. En breve, Hacedor de reyes logra en parte su desafío de ampliar la cautivadora historia de Cábala del reyal tiempo que confía en actores talentosos para reforzar su impacto emocional. Aunque su argumento carece de originalidad, la excepcional interpretación de Anders W. Berthelsen transforma la película en una experiencia que vale la pena ver. Su presencia, casi magnética, eleva toda la película y le confiere una dimensión humana y compleja, que invita a la reflexión. Hacedor de reyes Puede que no sea la secuela más innovadora, pero sigue siendo un entretenimiento sólido para los fanáticos del drama político. Si la redundancia de la trama puede verse como un obstáculo, la calidad de los actores, y en particular la de Berthelsen, consiguen hacer de esta película una experiencia satisfactoria.
Nota: 6/10. En resumen, una secuela cautivadora pero nada sorprendente, protagonizada por un actor talentoso. Para aquellos que buscan un thriller intenso y bien interpretado, esta película es una buena elección, a pesar de una trama que se habría beneficiado de una mayor renovación.
Próximamente en Francia
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