carta del dia –
Sí al contraproyecto al IN 176, por un desarrollo más armonioso
La diputada del Centro en el Gran Consejo, Christina Meissner, defiende una norma urbanística basada en un acuerdo mayoritario de los propietarios o, en su defecto, en el voto popular.
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Publicado hoy a las 9:09 a.m.
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Ginebra, 12 de noviembre.
La iniciativa “Urbadem, por un urbanismo más democrático” se presentó en 2020 con más de 7.000 firmas. Su objetivo era establecer la igualdad de trato y la democratización de la planificación de nuestro territorio otorgando a la población el derecho a expresar su opinión.
En concreto, si se proponen varios proyectos de construcción (Plan Localizado de Barrios), el pueblo decide mediante votación municipal. Refractarios a la idea de dar más peso a los municipios y a la población en la ordenación del territorio, como se hace en el resto de Suiza, los promotores y el Estado se opusieron a la iniciativa. Sin éxito. En noviembre de 2022, el Tribunal Federal validó toda la iniciativa.
En el parlamento, las discusiones posteriores fueron animadas. Todos los diputados reconocieron que era necesario modificar las disposiciones actuales que ya no funcionan, sin querer apoyar la iniciativa. Después de numerosas conversaciones con los partidos políticos y la ayuda del servicio jurídico del Departamento Territorial, apareció la luz al final del túnel: ¡había nacido un contraproyecto!
Fomenta consultas reales al inicio del proceso de desarrollo del PLQ y garantiza que la mayoría de los propietarios de las parcelas en cuestión estén de acuerdo en seguir adelante con el PLQ desarrollado de mutuo acuerdo. En caso contrario, se organizaría una consulta municipal en forma de votación. De este modo, cae la posibilidad inicialmente ofrecida a los propietarios de la zona en cuestión de presentar varios PLQ alternativos y de organizar en este caso una votación popular municipal vinculante para decidir entre ellos. A cambio, el contraproyecto permite obtener previamente el acuerdo de la mayoría de los propietarios interesados para el desarrollo de un único PLQ. En su defecto, se consultará a la población.
Tras votar el Gran Consejo la contrapropuesta, el comité “Urbadem” acordó retirar su iniciativa. Fue entonces cuando la izquierda lanzó su referéndum, creyendo que no había motivo para pedir la opinión de los propietarios de las parcelas en cuestión y consultar a la población, ¡porque se correría el riesgo de frenar el desarrollo del cantón! Una hermosa visión de la democracia para rechazar la posibilidad de obtener un consenso sobre el ordenamiento territorial a través de la consulta popular…
¿Se dan cuenta los partidos de izquierda de que de esta manera defienden los intereses de sus promotores en detrimento de su electorado privado del derecho a hablar? ¡Por más democracia, sí a la contrapropuesta!
Christina Meissner, diputada del Centro
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