El famoso parque arqueológico de Pompeya introdujo el viernes un límite de 20.000 visitantes por día, el último sitio turístico italiano en tomar medidas para hacer frente al exceso de turismo.
“Se trata esencialmente de razones de seguridad, tanto para los visitantes como para el personal, pero también para la protección del patrimonio” que llevaron a esta medida, explicó a la AFP Gabriel Zuchtriegel, director general del sitio, mientras cerca de 4 millones de personas visitaron Pompeya en 2023.
“Al comenzar la temporada baja, tenemos la oportunidad de experimentar con esta medida. Queremos garantizar a todos los visitantes una experiencia de calidad, nunca debe ser un turismo masivo, la calidad debe estar siempre en el centro”, insistió.
Varios otros sitios o ciudades de Italia ya han introducido medidas para combatir el exceso de turismo.
Por ello, Venecia ha introducido la entrada de pago para visitar la Ciudad de los Dux durante un día. En 2024, esta medida se refería a 29 días ocupados entre abril y julio, pero en 2025 se ampliará a 54 días.
El famoso “sendero del amor” que serpentea entre tierra y mar en el parque Cinque Terre (noroeste) reabrió sus puertas en julio después de largas obras, pero los visitantes ahora deben pagar cinco euros.
Y en los puentes de Florencia, en Toscana, pintadas “¡Los turistas se van a casa!” (¡Turistas, váyanse a casa!).
Ampliar área
El límite de 20.000 personas al día es una medida para lograr un “crecimiento sostenible”, subraya Zuchtriegel.
Su idea es ampliar la superficie visitable de Pompeya, así como las zonas arqueológicas vecinas, para poder acoger en última instancia a más de 20.000 visitantes en condiciones seguras.
Este proyecto “permitirá, estoy convencido, revisar a corto plazo esta cifra, repito, experimental, y decidir si es necesario adaptarla a una situación en constante evolución”, añadió el director.
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Pompeya, el segundo lugar turístico más visitado de Italia después del Coliseo, cubre una superficie total de aproximadamente 22 hectáreas, un tercio de las cuales aún está sepultada bajo las cenizas.
La ceniza volcánica arrojada hace 2.000 años por el Vesubio se posó en la mayoría de las casas de Pompeya, lo que permitió conservarlas casi en su totalidad, al igual que muchos de los cuerpos de las 3.000 personas que murieron a causa de la catástrofe.
(afp)
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