Las autoridades francesas desconfían de un partido de fútbol de alto riesgo en el que Francia recibe a Israel el jueves en el Stade de France, poco después de actos antisemitas tras otro partido en Ámsterdam.
Si el mayor estadio francés tiene capacidad para 80.000 espectadores, para este partido de la Liga de las Naciones sólo se vendieron 15.000 entradas, según Benjamin Petrover, corresponsal en París de i24 News.
Cerca de 4.000 agentes de policía están asignados alrededor del Estadio de Francia para garantizar la seguridad de las personas que acuden allí, además de 1.600 guardias de seguridad que deben proteger las entradas y salidas del edificio.
La unidad de élite RAID fue convocada para proteger al equipo israelí, que también realizó todo su entrenamiento en un lugar secreto para no ser interrumpido.
Si muchos pedían la cancelación del partido, el ministro francés del Interior, Bruno Retailleau, aseguró hace unos días que estaba fuera de discusión celebrar un partido a puerta cerrada, trasladarlo o cancelarlo.
“No se trata de someterse. Francia no da marcha atrás. La República no se somete, especialmente a los sembradores de odio”, escribió el domingo en la publicación X.
Se asignaron alrededor de diez autobuses para garantizar el transporte seguro de los aficionados de ambos equipos.
“Los aficionados que van al Estadio de Francia están muy bien supervisados y esto permite a Francia demostrar que es capaz de mantener este partido”, afirmó el periodista Benjamín Petrover, que iba a bordo de uno de estos autobuses, entre los aficionados del ambos países.
Los manifestantes pro palestinos estaban en las calles poco antes del inicio del partido, previsto para las 14:45 hora de Quebec, pero a cierta distancia del estadio.
Al partido asistirán el presidente Emmanuel Macron, pero también sus predecesores Nicolas Sarkozy y François Hollande, al igual que el primer ministro Michel Barnier.
Recordemos que hace unos días estallaron enfrentamientos en Amsterdam tras un partido de la Europa League entre el Ajax y el Maccabi Tel-Aviv tras varios incidentes al margen del partido de fútbol.
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