De entrada responderemos a esta pregunta con un categórico “niet”. Y esto, por una razón muy sencilla: no existe ninguna alianza ni tratado de asistencia militar mutua entre Rusia y Argelia. A lo sumo, los dos países están vinculados por acuerdos de cooperación y asociaciones pomposamente presentadas como “estratégicas”. De hecho, ambos no son en modo alguno aliados, como algunos quieren hacer creer, sino socios económicos y comerciales, cuyos puntos de vista pueden converger en ciertos puntos y divergir en otros.
Pero esto no significa que no sea probable que la relación entre los dos países se deteriore significativamente. Tanto más cuanto que los puntos de divergencia se vuelven cada vez más evidentes, particularmente en la región del Sahel, donde algunos comienzan a afirmar abiertamente que Rusia tendrá que elegir entre Argelia y Malí. Porque si persigues dos liebres a la vez, corres el riesgo de no atrapar ninguna.
Sin duda, Argelia representa el tercer cliente de la industria militar rusa, con pedidos que representan aproximadamente el 15% del total de las exportaciones militares de Rusia, el equivalente a varios miles de millones de dólares. Pero en este esquema, ¿quién depende realmente del otro? Rusia siempre podrá encontrar clientes, particularmente dentro del Sur Global, que busca cada vez más escapar de cualquier forma de dependencia del mundo occidental. A esto hay que añadir que la guerra en Ucrania y el enfrentamiento con Occidente llevarán a Rusia a aplicar una importante política de rearme y modernización de su ejército, lo que reducirá en gran medida su capacidad para cumplir órdenes del exterior. En cuanto a Argelia, cuyo armamento es de fabricación rusa en un 80%, le resulta imposible escapar a esa dependencia. Porque no se trata simplemente del hecho de comprar armas, sino también de la necesidad de repuestos, mantenimiento, formación, entrenamiento y entrega de municiones.
Así, Argelia depende enteramente de Rusia para su defensa, pero lo contrario es absolutamente falso. Porque, ¿qué puede ofrecer Argel a Moscú que éste no tenga ya? ¿Gas y petróleo? Rusia es el mayor productor mundial de gas natural y el segundo en términos de petróleo. Y la lista termina ahí, porque aparte de estas dos materias primas, no veo qué más produciría Argelia.
Volvamos al Sahel, y más concretamente a Malí, donde Rusia ayuda al Estado maliense desde 2021 a restablecer su soberanía territorial en el norte del país. Desde que Assimi Goïta llegó al poder, la cooperación militar entre Moscú y Bamako se ha reforzado enormemente en detrimento de Francia, que ha sido literalmente expulsada de esta zona estratégica. Esta cooperación abarca desde la participación en combate de mercenarios Wagner (rebautizados Cuerpo Africano) hasta el entrenamiento de soldados malienses por parte de expertos rusos, con entregas regulares de armas.
Sin embargo, el pasado mes de julio, la derrota de las fuerzas armadas malienses, apoyadas por combatientes de Wagner, en la batalla de Tinzaouatine, fue el origen de una grave crisis diplomática entre Malí y Ucrania. Una crisis que terminó con la decisión de Bamako de romper relaciones diplomáticas con Kiev, tras la salida, 48 horas después de la batalla, de Andriy Yusov, portavoz del GUR, el servicio de inteligencia militar ucraniano, quien afirmó que los rebeldes “.recibieron la información necesaria, y no sólo la que les permitió llevar a cabo con éxito una operación militar contra los criminales de guerra rusos.».
“Lejos de afectar sólo a los malienses, la interferencia de Argel en Malí contradice directamente la política de Rusia en la región del Sahel”.
Según los malienses, el apoyo ucraniano va más allá del simple envío de información estratégica, sino que también implica entrenar a los rebeldes terroristas en el uso de drones. Sin embargo, la comuna de Tinzaouatène se encuentra literalmente en la frontera entre Argelia y Malí, a menos de 9 km de la comuna argelina de In Guezzam. Y es muy complicado no ver connivencia argelina, o al menos un desvío de la vista de las acciones de los rebeldes en esta zona.
Lejos de afectar sólo a los malienses, la interferencia de Argel en Malí está en contradicción directa con la política de Rusia en la región. En 2022, el presidente argelino consideró justificado dar lecciones de estrategia a Rusia, declaró en una entrevista al diario francés El Fígaro eso “El dinero que cuesta esta presencia (de Wagner) estaría mejor colocado y sería más útil si se destinara al desarrollo del Sahel.».
En este contexto, ¿buscaría Argelia escapar de su dependencia de Rusia? Tal vez, si hay que creer en las recientes iniciativas de Argel, como la firma en septiembre pasado de un contrato con el grupo BGR, una gran empresa de lobby estadounidense vinculada a través de muchos canales con Israel, por un importe de 720.000 dólares. Pero también, y sobre todo, el anuncio hecho hace unos días por Mohamed Arkab, ministro argelino de Energía, sobre la decisión de Argelia de cooperar con la OTAN para asegurar sus instalaciones energéticas. Sí, has leído bien: con la OTAN. Y en su entusiasmo, el Ministro también subrayó los diferentes aspectos de esta cooperación que se refiere “seguridad de las instalaciones, ciberseguridad, transferencia de tecnologías avanzadas y la oportunidad de cooperar en la gestión de riesgos, respuesta a emergencias y desarrollo de habilidades técnicas a través de programas de capacitación avanzados.».
Y como suele decirse, nunca dos sin tres, agreguemos a este panel la visita a Argel el pasado mes de abril del almirante Rob Bauer, presidente del Comité Militar de la OTAN, por invitación del indestructible general argelino Saïd Chengriha, para examinar en profundidad, Se dice que la cooperación militar entre la OTAN y Argelia.
¿Será esto suficiente? La respuesta es no. Pero ésta es una fuerte señal del comienzo de un cambio diplomático y estratégico en Argel.
Al mismo tiempo, después de haber obtenido nuevas victorias diplomáticas en el terreno occidental, Marruecos continúa fortaleciendo sus relaciones con el Sur Global, como lo demuestra la participación del ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, en la I Conferencia Ministerial de la Foro Rusia-África que se celebró hace unos días en Sochi, Rusia. Y al que el Polisario no fue invitado, lo que representa una fuerte señal enviada por Moscú a Marruecos.
14/11/2024 a las 11:00 a. m., actualizado 14/11/2024 a las 11:00 a. m.
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