(Nueva York) El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca promete ser una liberación para muchos actores de las criptomonedas, que ven a Estados Unidos reposicionándose en este mercado global.
Actualizado ayer a las 14:45.
Thomas URBAIN con Lucie LEQUIER en Londres
Agencia France-Presse
En julio, el candidato republicano, que alguna vez se opuso firmemente a esta tecnología, prometió ante una audiencia de expertos convertir su país en “la capital mundial de las criptomonedas”.
En total, los grupos de apoyo a las monedas digitales recaudaron unos 245 millones de dólares durante la campaña electoral, según la Comisión Federal Electoral (FEC), y la mayor parte del dinero se destinó a los opositores demócratas del sector.
Según el Correo de Washingtonapenas elegido, el promotor inmobiliario ya está buscando perfiles criptocompatibles para puestos clave en su futuro gobierno.
Los miembros de su equipo son responsables de realizar estudios medioambientales para comprender mejor sus expectativas regulatorias, siempre según el diario.
La perspectiva de una nueva presidencia de Trump ha puesto en órbita al bitcoin, que ha ganado más del 25% en una semana y superó el miércoles por primera vez el umbral simbólico de 90.000 dólares.
Donald Trump ya ha anunciado su intención de destituir, en el momento de su toma de posesión, al presidente del regulador de los mercados financieros (SEC), Gary Gensler, enemigo jurado del sector.
A falta de un marco legislativo claro, este exbanquero ha optado por un enfoque represivo con respecto a las monedas digitales, que pretende regular como los valores financieros tradicionales.
Sobre esta base jurídica controvertida, la SEC demandó a tres de los intercambios más grandes, Binance, Coinbase y Kraken, así como a una serie de intercambios más pequeños. puesta en marcha.
Empujado al extranjero
“La ausencia de reglas claras no sólo ha sofocado la innovación, sino que ha empujado a las empresas hacia países con una legislación más transparente”, afirmó Katherine Snow, gerente legal de Thesis*, que desarrolla aplicaciones basadas en bitcoin.
Muchos ven un compromiso satisfactorio en el llamado proyecto de ley FIT21, ampliamente adoptado en mayo por funcionarios electos de ambos lados en la Cámara de Representantes.
Actualmente en manos del Senado, prevé en particular entregar el control a otro regulador financiero, la CFTC, con un enfoque más pragmático y menos dogmático.
“El hecho de que ciertos criptoactivos escapen de la definición de valores financieros podría acelerar enormemente la aprobación de nuevos productos de inversión y aumentar la entrada de capital en la esfera” de las monedas digitales, afirma Simon Peters, analista de eToro.
Chandra Duggirala, jefa de la incubadora Tides. Network, espera una ruptura con el gobierno de Joe Biden, cuyas “políticas se consideran desfavorables para las criptomonedas en Estados Unidos”.
Menciona en particular la presión ejercida sobre los bancos tradicionales para disuadirlos de colaborar con empresarios de “blockchain”, la tecnología sobre la que se construyen las monedas digitales.
“Nos gustaría que las personas con talento no se sintieran intimidadas para unirse a esta industria”, afirma Burnt Banksy, fundador de la plataforma de desarrollo Xion. “Nos gustaría no tener que preocuparnos de que nuestros bancos nos cierren la puerta en la cara. »
Estigmatizado durante mucho tiempo y presentado regularmente, en el mejor de los casos, como una guarida de especuladores y, en el peor, de delincuentes, el mundo de las monedas alternativas espera que Donald Trump lo normalice.
Posible conflicto de intereses
Michael Cahill, director de Douro Labs, especializado en la recopilación de datos financieros, cree aún más en el compromiso de Donald Trump con las criptomonedas desde que “lanzó sus propios proyectos en este campo”.
En septiembre, el multimillonario y sus tres hijos unieron fuerzas con varias figuras de la industria para lanzar World Liberty Financial, una plataforma de inversión y préstamo de criptomonedas.
Esta posición sin precedentes plantea la cuestión de un posible conflicto de intereses, ya que las medidas favorables a las monedas digitales benefician directamente a esta joven empresa.
Para los responsables de la plataforma Coinhouse, el gobierno Trump 2.0 también se beneficiaría facilitando, o incluso fomentando, los pagos en “stablecoins”, criptomonedas indexadas a otra moneda, normalmente el dólar, lo que limita en gran medida su volatilidad.
En opinión de los profesionales, la legitimación de las criptomonedas también se beneficiaría de la creación de reservas nacionales de bitcoins, mencionadas en julio por Donald Trump.
“La adopción proactiva de activos digitales pondría a Estados Unidos en condiciones de definir estándares y una estrategia para las criptomonedas”, considera Katherine Snow.
Según Simon Peters, el gobierno ya posee alrededor de 210.000 bitcoins, en su mayoría procedentes de incautaciones en casos judiciales, por un valor de unos 18.000 millones de dólares.
Para Katherine Snow, mantener este stock o incluso reforzarlo “sería una señal de nuestro compromiso con la innovación, que podría atraer inversiones y personas de calidad”.
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