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Trump toma el mando y la resistencia ha comenzado

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El presidente electo Donald Trump dijo en su discurso de victoria que “Estados Unidos nos ha dado un mandato poderoso y sin precedentes”. Aunque esto no es cierto. Obama obtuvo una victoria mucho mayor en 2008, con el 53% del voto popular y 365 mandatos electorales.

No obstante, Trump intentará gobernar como un autócrata, imponiendo su voluntad a la nación. Queda por ver si sus planes autoritarios desembocarán en fascismo, pero la izquierda está empezando a resistir.

Podemos esperar que comience cumpliendo las promesas que hizo a su base trabajadora y de clase media, así como a sus socios multimillonarios, como el magnate tecnológico Elon Musk y el director ejecutivo de Amazon, Jeff Bezos.

Anuncian cierre de fronteras

Prometió a los trabajadores cerrar la frontera y llevar a cabo una deportación masiva de inmigrantes indocumentados que, según él, están quitando empleos a los estadounidenses y trayendo violencia a sus comunidades. Hoy hay 22.000 agentes de la Patrulla Fronteriza estadounidense (USBP). Sellar la frontera entre Estados Unidos y México de 3.145 kilómetros requerirá más de los 22.000 agentes actuales de BP. Trump dice que movilizará a la Guardia Nacional para complementar a la BP, pero necesitará el permiso de los gobernadores estatales y no todos se lo darán.

Trump ha prometido deportar a los aproximadamente 12 millones de inmigrantes indocumentados, pero reunirlos y deportarlos sería un trabajo enorme que costaría millones y requeriría mucho más que los 21.000 agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos. Las familias quedarán desarraigadas y destrozadas y habrá resistencia. Estas políticas tendrían un impacto enorme y desastroso en la economía estadounidense, ya que muchos inmigrantes trabajan en la construcción, hoteles y restaurantes, cuidado de ancianos y niños, limpieza, jardinería, agricultura y otros sectores.

Liberalización, proteccionismo y carbocapitalismo

Trump planea tomar un mayor control del gobierno de Estados Unidos, comenzando por poner fin a las protecciones de la función pública para cientos de miles de empleados federales, que se convertirían en empleados por contrato privado, sujetos a despido en cualquier momento. Dice que reorganizará el Departamento de Justicia y lo utilizará para procesar a sus enemigos políticos.

En el frente económico, Trump ha prometido más recortes de impuestos como lo hizo en 2017, y no hay duda de que los ricos serán los más beneficiados. Si lo hace, le costará al gobierno 4 billones de dólares en ingresos durante la próxima década. También dijo que reduciría los impuestos sobre los beneficios (jubilación) del Seguro Social de los trabajadores y los impuestos sobre las propinas de los trabajadores.

Trump propone aranceles del 10% a la mayoría de los bienes, pero del 60% a los productos chinos e incluso del 200% a los automóviles chinos. Estos aranceles aumentarían los precios para los estadounidenses y perturbarían el comercio y la inversión globales.

Trump revertirá las políticas climáticas del presidente Joe Biden recortando los subsidios a la energía verde y presionando a las compañías petroleras para que realicen perforaciones en busca de petróleo. También revertirá las políticas pro-trabajo de Joe Biden.

Resistencia y posible represión

La resistencia a Trump, que surgió por primera vez durante la Marcha de las Mujeres en su toma de posesión en 2016, se ha reavivado. Después de su elección, se produjeron protestas de cientos de personas encabezadas por la izquierda en Seattle, Portland, Berkeley, Milwaukee, Chicago y Filadelfia. El 9 de noviembre, más de mil personas de organizaciones laborales, ambientalistas, feministas y de inmigrantes marcharon en Nueva York.

Se ha formado una nueva coalición nacional de más de 200 organizaciones bajo el liderazgo del Partido de las Familias Trabajadoras, Seed the Vote, el Movimiento por las Vidas Negras y Showing up for Racial Justice. El grupo organizó una convocatoria masiva/transmisión en vivo titulada « Dar sentido al momento» (“Dar sentido al momento presente”), en el que participaron 140.000 personas a través de internet.

Como escribió un participante, “La visión dominante era la resistencia total a la administración Trump y la reorientación de los progresistas hacia la clase trabajadora multirracial e inclusiva en términos de género”.

Si el movimiento de protesta se vuelve masivo en las calles, Trump dijo que está dispuesto a invocar la Ley de Insurrección de 1792, que autoriza al presidente a utilizar el ejército estadounidense en el territorio de Estados Unidos para reprimir una rebelión o violencia.

Trump es un autoritario. ¿Creará un partido y un estado fascistas? Haremos todo lo posible para evitarlo.

Dan La Botz, traducido por la redacción

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