A pesar del contexto, quisieron venir a apoyar a su equipo. Según varias fuentes, se espera que entre 100 y 150 aficionados israelíes se reúnan en el aparcamiento del Estadio de Francia dedicado a los aficionados del equipo contrario para seguir el encuentro de la Liga de las Naciones entre Francia e Israel el jueves por la tarde (20.45 horas). Algunos de ellos, cuya proporción exacta desconocemos, viajan desde el Estado hebreo para la ocasión.
Estos partidarios de la selección, 81.ª del ranking mundial, han decidido ignorar las recomendaciones de las autoridades israelíes. El Consejo de Seguridad Nacional, que depende de la oficina del primer ministro, recomendó el domingo que los nacionales de este país de Oriente Medio eviten acudir a la reunión. Posición adoptada tras los ataques a los seguidores del Maccabi Tel-Aviv el jueves por la tarde en Ámsterdam.
Este grupo de aficionados “oficiales”, que estarán permanentemente vigilados por la policía, se desarrollará en un parque donde hay 3.500 asientos dedicados a los visitantes. Por tanto, será muy escaso, como todo el Estadio de Francia. Si bien el ritmo de venta de entradas ha aumentado en los últimos días, la Federación Francesa de Fútbol espera una asistencia máxima de 20.000 personas, en un recinto con capacidad para 80.000, para este partido disputado en un contexto de seguridad muy fuerte.
En esta zona del estadio sólo se sentarán los aficionados que hayan comprado entradas a través de la federación israelí. Pero esto no impedirá la presencia de otros seguidores de esta selección en otros lugares del Estadio de Francia. Nada impide a los aficionados radicados en Francia comprar sus entradas a través de los canales de venta tradicionales. Ellos, al igual que los espectadores que acudirán a apoyar a los Bleus, no podrán ocupar su lugar en las primeras filas del recinto, estando prohibido el acceso para obstaculizar posibles intentos de intrusión en el terreno de juego.
Para la ocasión, 2.500 policías y gendarmes estarán desplegados alrededor del Estadio de Francia, mientras que la federación ha movilizado a 1.400 azafatas en su interior. 1.500 policías se encargarán de vigilar el transporte público y varios sectores de París.
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