DOMINGO DE LA TRIBUNE – Algunos hablan de una burbuja en torno a la IA generativa, que acabó decepcionando a determinadas empresas. Para qué ?
EMILIE SIDIQIAN — Ha habido un efecto burbuja en torno a las llamadas IA generativas “copiloto”, como las de Microsoft y Google, que producen texto a pedido. Muchas empresas se lanzaron a él sin saber qué hacer con él, sin una estrategia y, por tanto, sin un retorno de la inversión planificado. Los copilotos resultaron decepcionantes. ChatGPT puede organizar sus vacaciones pero es menos relevante en cuestiones de estrategia. Afortunadamente, llegamos a una nueva fase de la inteligencia artificial, la de los agentes.
¿Los agentes no quedarán decepcionados?
Los agentes no se limitan a escribir correos electrónicos, sino que sugieren decisiones y pueden tomar medidas. A veces toman la forma de colegas virtuales que se comunican con nosotros en función de los datos a los que tienen acceso. Salesforce está en el centro de esta revolución porque nuestra plataforma ya reúne multitud de datos internos de la empresa. Los agentes también pueden hacerse cargo de determinadas tareas. Por ejemplo, cuando un cliente llama al servicio posventa después de las 22:00 horas, un agente de IA puede atenderle. Se adapta al tono de voz del cliente y accede a su expediente. Yo mismo creé mi propio agente. Conectado a mis conversaciones de Slack y mi base de conocimientos, puede responder a las solicitudes de información de los clientes.
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¿Cómo podemos protegernos de posibles errores de estos agentes?
El agente no aparece de la nada. Es la empresa la que decide crearlo y predefinir sus funcionalidades. Además, una consola de supervisión le permite controlar sus acciones y brinda el índice de confiabilidad de una tarea que se está realizando. El nuestro es el 95%. Cuando una acción no se identifica como confiable, una alerta permite a los humanos recuperar el control.
Varios planes sociales han sido motivados por la IA. ¿Cómo responde a este riesgo creciente?
El desempeño económico no se puede lograr sin un contrato social. Los despidos masivos perjudican el atractivo, de ahí la necesidad de saber modernizarse formando a empleados y directivos. La formación debe comenzar en la escuela, con cursos obligatorios sobre IA. También necesitamos más cursos de historia y filosofía porque es gracias a estas materias que mantendremos nuestro libre albedrío frente a las tecnologías.
¿No teme una revuelta entre los empleados ante esta rápida evolución del trabajo?
Anunciamos la creación de mil millones de agentes para finales de 2025. Es cierto que es rápido, pero tenemos que ser pragmáticos y ayudar a los humanos a trabajar con ellos. Nuestros primeros clientes no redujeron su plantilla, al contrario aumentaron el número de tareas procesadas por empleado. También han mejorado la calidad de su servicio y adquirido cuota de mercado.
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¿Cómo será nuestra vida laboral en 2030?
El uso de la IA es una cuestión de vida o muerte para una empresa. Habrá rotación de talento, pero no, no se eliminarán todos los puestos de trabajo. Los trabajadores administrativos deberán adaptarse a la IA generativa, y los trabajadores manuales experimentarán nuevos avances gracias a la robótica. Nuestras interacciones con las máquinas serán más sencillas. En mi opinión todo se hará por voz y ya no tendremos todo tipo de aplicaciones que gestionar. El tiempo liberado se puede dedicar a la reflexión, la creatividad y la innovación. La tecnología seguirá al servicio de los humanos.
“La IA ha transformado completamente la forma de trabajar de nuestros equipos” (Jean-Charles Samuelian, CEO de Alan)
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