El Reino Unido se comprometió el martes 12 de noviembre a reducir “al menos el 81%” reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2035 en comparación con 1990 como parte de su ambición climática, anunció el primer ministro británico, Keir Starmer, en la COP29 en Bakú.
“Un problema global también requiere una asociación global y una cooperación internacional responsable”declaró el jefe del Gobierno británico, uno de los pocos líderes del G20 presentes en esta cumbre sobre el clima en Azerbaiyán, pidiendo “todas las partes deben presentar objetivos ambiciosos”.
Este nuevo objetivo es el eje central del nuevo “contribución determinada a nivel nacional” (NDC), que el Reino Unido, como todos los demás países signatarios del acuerdo climático de París de 2015, debe presentar a la ONU en febrero.
Preguntado sobre la amenaza que supone la elección de Donald Trump para una posible retirada de Estados Unidos de este acuerdo, cuyo objetivo es limitar el calentamiento global a menos de 2 °C, Starmer respondió que no contaba “no decirle a los demás cómo comportarse”. “Todo el mundo sabe que hay una transición energética”argumentó, añadiendo que quería “Seguir mostrando liderazgo en el Reino Unido” en este asunto.
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Neutralidad de carbono en 2050
La nueva ambición del Reino Unido está en línea con la recomendación hecha el mes pasado por la Comisión de Cambio Climático (CCC), encargada de asesorar al gobierno sobre su política climática. En su anterior contribución, el Reino Unido se comprometió a reducir sus emisiones un 68% para 2030 respecto a 1990, y a alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.
Él es “Actualmente con casi un 50% de reducción de emisiones”pero el país no “no en el camino correcto” alcanzar el objetivo 2030, deploró en octubre la climatóloga Corinne Le Quéré, miembro del CCC y ex presidenta del Alto Consejo para el Clima, a la Agencia France-Presse.
La ONG Greenpeace celebró este martes un nuevo objetivo “relativamente ambicioso” y la decisión de Keir Starmer “para seguir adelante” tras los reveses del anterior gobierno conservador. “Pero los objetivos deben estar respaldados por acciones audaces”advirtió.
Desde que llegó al poder en julio, el gobierno laborista ya ha tomado varias medidas medioambientales, como poner fin a la congelación del desarrollo de la energía eólica terrestre o lanzar nuevos proyectos eólicos y solares marinos. El Reino Unido también cerró en septiembre su última central eléctrica de carbón.
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