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entre el caos y el luto crece la flor de la inspiración – La Rotonde

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Crédito visual: Hidaya Tchassanti – Director artístico

Columna escrita por Antoine Jetté-Ottavi — Responsable de la sección Arte y Cultura

El 11 de noviembre se celebra el Día del Recuerdo, una celebración anual para recordar y honrar a los soldados, veteranos y todos aquellos que han servido en las fuerzas armadas. La fecha corresponde al aniversario del armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial en 1918. La amapola es su símbolo, inspirado en el poema “ En los campos de Flandes » de John McCrae, un soldado, médico y profesor canadiense que murió sirviendo en la guerra y se usa como señal de respeto.

Esta flor de color rojo sangre creció en los campos de batalla de Flandes en Bélgica. El lugar fue completamente devastado por los bombardeos y los combates: la amapola, una flor resistente, acompañó a los soldados, creció en los terrenos dañados y luego en sus tumbas. Esta visión impactó fuertemente a John McCrae, quien la convirtió en un símbolo de renacimiento, sacrificio, guerra y duelo a través de sus escritos.

Incluso hoy en día, podemos ver a veteranos, familiares de ex soldados y patriotas luciendo pétalos escarlatas en sus ropas. La amapola se ha convertido en la imagen del recuerdo. Entonces, así, así… El tiempo lo ha hecho parte de nuestra cultura canadiense, imbuido en nuestros escritos, nuestras pinturas, nuestros monumentos, nuestro cine y nuestra fotografía.

Influencia en la cultura popular

Si retratos militares de Gertrude Kearns o las obras musicales durante el Ceremonias del Día del Recuerdovarias obras dan testimonio del impacto cultural de la guerra en la sociedad canadiense. Estas obras nos permiten transmitir historias de guerra, llevando todos sus horrores y sus repercusiones tanto en la mente como en el cuerpo. A través de estas obras, se nos invita a reflexionar sobre la importancia y el significado de la paz y el sacrificio.

Para los jóvenes canadienses que no han vivido las guerras mundiales ni ninguna otra situación de conflicto, el Día del Recuerdo ciertamente no tiene el mismo peso ni significado que para nuestros antepasados. Sin embargo, estas obras, ya sean visuales o sensoriales, ofrecen la oportunidad a nuestras generaciones presentes y futuras de comprender el dolor que experimentan nuestros veteranos.

Estoy pensando en particular en La gran guerraproducida en 2007 por el National Film Board de Canadá. Esta serie documental de cuatro partes presenta las experiencias canadienses durante la Primera Guerra Mundial. Sin duda, este largometraje se ha presentado en las clases de historia o de ética y cultura de las escuelas secundarias: es una de las producciones más completas sobre el tema y, a menudo, sirve como herramienta educativa. Así, esta película se convirtió rápidamente en una imagen de referencia en el Memorial Day.

En el largometraje podemos ver extractos de diarios, cartas de soldados y testimonios de descendientes, todo con el fin de contar las experiencias personales y colectivas de los canadienses en el frente y detrás de los campos de batalla. Este documental tuvo una notable influencia en la representación de la guerra en otros medios audiovisuales, como Apocalipsis: Primera Guerra Mundial. Lanzado en 2014, empleamos técnicas similares, como el uso de material de archivo y narración inmersiva. También podemos hacer una conexión con la película. Passchendaele de Paul Gross, estrenada en 2008, que describe la experiencia de los soldados canadienses y presta especial atención a los detalles históricos.

Valores internacionales

En mi opinión, el Día del Recuerdo no sólo inspira a nuestros artistas nacionales, sino que también integra valores universales en la cultura canadiense al recordar principios esenciales como el respeto, la memoria, la paz y la unidad. Estos valores trascienden fronteras y generaciones, lo que permite que el Día del Recuerdo actúe como un puente entre experiencias humanas compartidas, influyendo profundamente en la identidad canadiense.

Este día de conmemoración nos permite a los canadienses reconocer las contribuciones realizadas durante la guerra y fortalecer los vínculos comunitarios. Es en este espíritu de unísono que vemos monumentos aparecer como La Cruz del Sacrificiocreado por George W. Hill en 1919, que sirve como símbolo para conmemorar a nuestros soldados caídos. Está presente en muchos sitios de memoria en Canadá, incluido aquí en Ottawa.

Más recientemente, en 2022, iniciativas locales permitieron a Toronto izar en Coronation Park una bandera canadiense que ondeó en Vimy Ridge en 2020. Estas acciones demuestran aún más el compromiso continuo de nuestro país de honrar a sus veteranos y recordar la importancia del Día del Recuerdo en nuestra cultura.

El Día del Recuerdo permanece en nuestro inconsciente, y no sólo el 11 de noviembre. Su simbolismo enciende a artistas de todo el país y sirve para transmitir valores culturales día tras día, recordándonos diariamente los sacrificios realizados para nuestra protección.

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