¿Conoces la torre? Este nombre proviene del latín torrere, “asar”. Una práctica milenaria en el cantón de Neuchâtel que consiste, en otoño, en preparar un gran fuego en un pasto y cocinar, bajo las brasas, salchichas envueltas en col blanca y una hoja de periódico local. Con la versión digital de “Matin” es más difícil excepto el domingo ;-).
Esta tradición, obviamente, se practica en buena compañía y muchas veces termina por la noche, cuando se agota toda la comida, sólida o líquida.
Recientemente, durante una reunión con amigos, al constatar la presencia de un mástil de medición destinado a la futura instalación de un aerogenerador en la zona, comenzamos a discutir la importancia de crear una nueva tipología: la ZTP para la Zona Protegida de Torree. Suficiente para evitar que estos grandes aerogeneradores estropeen la tranquilidad de esta tradicional actividad lúdica y gastronómica (¡y no sólo de los pocos búhos descuidados que vuelan por la zona!)
Porque al fin y al cabo, las praderas sí tienen sus PPS (Prados y Pastos Secos de Importancia Nacional), las mariposas sus SPB (Zonas de Promoción de la Biodiversidad), los quesos y embutidos sus DOP (Denominaciones de Origen Protegidas)… entonces, ¿por qué los fans de torree también tendrá derecho a su propia área dedicada?
La discusión se prolongó y la oscuridad se extendió sobre la montaña, nuestro pequeño grupo finalmente se puso en movimiento. Y tropezando por la falta de batería y por tanto de luz en el terreno irregular, un amigo al que nunca le faltan argumentos me dijo: “¡Un aerogenerador seguiría siendo muy útil para recargar los móviles!”.
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