Las escuelas bragardianas participaron, el jueves 7 de noviembre, en la Jornada Nacional contra el Bullying Escolar. Incluidos los colegios Luis-Ortiz y Anne-Frank, en los que se fomenta fuertemente la comunicación sobre este tema. Los resultados parecen concluyentes.
“¿Son 20? » En su oficina, Caroline Duhalde, directora del colegio Luis-Ortiz, pretende asistir al entretenimiento de la mañana. Incluso si eso significa configurar una alarma en su teléfono. Este jueves 7 de noviembre estuvo dedicado a la lucha contra el acoso escolar y en este contexto, un puñado de alumnos, supervisados por los profesores, organizaron un flashmob en el patio de recreo. “Funcionó bien el año pasado. Realmente es para empezar el día, para conmemorar la ocasión”, añade el director del establecimiento. “Al mismo tiempo, esta semana y la próxima, se invita a los estudiantes a crear carteles un tanto impactantes contra el acoso escolar. Un jurado seleccionará algunas y serán expuestas en los pasillos, visibles desde el patio. »
“Fotos recordatorias”
Como evento nacional, el colegio Luis-Ortiz no es el único que realiza acciones en esta temática. Otros también se unieron a la operación, incluido el Anne-Frank College. Situado a pocas calles de distancia, difunde en sus locales dulces palabras, previamente rellenadas por alumnos voluntarios, destinadas a otros, pero también a los adultos. “Luchar contra el acoso también significa promover el bienestar de los estudiantes. Y no hay mejor manera de tenerlo que recibir una palabra agradable de alguien”, explica Sophie Bourdaillet, CPE. Lo confirmó, unos minutos más tarde, Abbass, de 13 años, que lo escribió y lo recibió: “Es importante hacerlo, porque te recuerda que no estás solo y que tienes muchos amigos. » A esta actividad se sumó la creación de un fresco, la provisión de libros, así como el uso, por parte de los adultos del establecimiento, de ropa azul, color de la lucha contra el acoso escolar.
Y esto aún no ha terminado. Porque, al igual que Luis-Ortiz, el equipo docente de Ana Frank ofrecerá en los próximos días “inyecciones de refuerzo” a través de otros momentos destacados. Incluyendo un concurso de dibujo o la formación de embajadores, durante noviembre, en el marco del sistema Phare, un programa para luchar contra el acoso escolar. “Todos participan”, resume Abdel Kader Abassa, director de la escuela. Y finalmente a lo largo del año, además de la jornada temática, la reciente creación, en los dos colegios, de un protocolo de apoyo y la distribución de un cuestionario anónimo sobre el tema. Todo parece, hoy, dar sus frutos.
En Anne-Frank, por ejemplo – donde se desea aumentar el número de espacios de comunicación e involucrar a los padres – se constató que los estudiantes “dicen que cuanto más se molesta tal o cual”, “tienen más confianza” en el establishment o “intervenir más para defenderse”.
“Los estudiantes hablan más”
Lo mismo ocurre con Luis-Ortiz, como observó Caroline Duhalde. “Los estudiantes hablan más. El problema es más bien hacer que ellos, incluidas sus familias, entiendan qué es el acoso. Porque hay que diferenciar entre ser quisquilloso y acoso real, y ellos tienen problemas con eso. »
El único inconveniente de este panorama bastante elogioso: el problema del acoso en las redes sociales sigue siendo importante. Y allí, dado que esto entra en el marco privado –está prohibido el uso del teléfono en la universidad–, a los establecimientos les resulta difícil actuar. “Un niño se siente a salvo de todo lo que hay detrás de su teléfono y puede decir cualquier cosa. No podemos luchar contra eso”, lamenta Caroline Duhalde. ¿Qué hacer entonces? “El único consejo que podemos dar a los padres es que miren de vez en cuando el contenido de los teléfonos de sus hijos. » O, como recomiendan Océane Durst, CPE del Anne-Frank College y Abdel Kader Abassa, su director, descargar la aplicación 3018 y “contactar a un adulto de confianza en el establecimiento. »
Dominique Lemoine
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