El ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, de viaje a Jerusalén el jueves 7 de noviembre, se enfrentó a un incidente característico de las complejidades de la relación franco-israelí. Después de entrevistarse con el nuevo Ministro de Defensa, Israel Katz, que hasta el martes era Ministro de Asuntos Exteriores, y con Ron Dermer, asesor del Primer Ministro Benjamín Netanyahu, Barrot se dirigió al Monte de los Olivos para visitar uno de los cuatro zonas que Francia tiene custodia en Jerusalén: el santuario de Eleona, que alberga la iglesia del Pater Noster. Allí hay carmelitas y se puede disfrutar de una magnífica vista del casco antiguo.
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Pero incluso antes de la llegada del señor Barrot a los dominios de Eleona, la situación empezó a ponerse tensa. Agentes de policía israelíes irrumpieron en gran número en el santuario, donde se enfrentaron a dos gendarmes franceses, habitualmente destacados en el consulado francés en Jerusalén y que habían venido a asegurar el local para la ocasión. Una vez llegado al lugar y tras constatar la intrusión de la policía israelí, el jefe de la diplomacia francesa se negó a entrar en Eleona, recordando que se trata de un “dominio que pertenece a Francia desde hace más de ciento cincuenta años, y del cual Francia garantiza la seguridad y el mantenimiento con enorme cuidado”.
Ulcerado, el ministro declaró: “No voy a entrar en la zona, porque las fuerzas de seguridad israelíes entraron armadas, sin obtener primero la autorización de Francia. (…) Lo diré con mucha firmeza: esta situación es inaceptable. Este ataque a la integridad de una zona bajo responsabilidad de Francia probablemente debilitará los vínculos que he llegado a cultivar con Israel. »
La situación degeneró entonces entre el exceso de policías israelíes y los dos gendarmes franceses, que tienen estatus diplomático. Tras duros intercambios verbales, estos últimos fueron conducidos por la fuerza a una comisaría de policía, de donde no fueron liberados hasta primera hora de la tarde, tras la intervención del ministro, precisa un comunicado del Quai d’Orsay.
Clima desfavorable
Es difícil entender este incidente diplomático como producto de un simple malentendido. En un vídeo filmado por un periodista de Radio Francia, el jefe de la policía, en francés, explica a los gendarmes los motivos de su detención: “Porque impidiste que los policías hicieran su trabajo. » Incluso amenaza con recurrir “a la fuerza” si se oponen a su arresto. El tono sube. “¡No me toques!” »le grita uno de los gendarmes a uno de los policías que lo agarró del brazo y lo empujó fuera del santuario. Después de ser arrojados al suelo, el gendarme y uno de sus compañeros fueron cargados en vehículos policiales.
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