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La empresa ganadora
Pastel Prod, el último bastión del azul tradicional en Occitania
En el corazón de la finca familiar de La Serre, Bruno Berthoumieux perpetúa una tradición única: la producción del pastel, un saber hacer que se remonta a casi 500 años. Entre la pasión y la preservación del patrimonio local, lucha para hacer brillar este tinte natural, frente a la competencia industrial despiadada.
Desde hace más de 12 años, Bruno Berthoumieux, el último productor de pasteles del País de Cocagne, trabaja para resucitar esta antigua cultura en el dominio de Serre. Arraigado en esta tierra familiar desde 1526, combina saber hacer ancestral y modernidad para ofrecer una experiencia única a sus visitantes. En 2017, inició visitas guiadas a su finca, compartiendo apasionadamente los secretos del cultivo, la producción de índigo y el teñido sin químicos.
El campo al pastel y el trabajo en añil de La Serre son, por tanto, los únicos en Occitania que ofrecen una inmersión total en el mundo del azul tradicional. “Me dedico a la transmisión de conocimientos, calidad y trazabilidad”, confiesa Bruno. Este enfoque educativo atrae cada año entre 1.500 y 2.000 visitantes, entre escolares, turistas y grupos de team building. Bruno también apuesta por trabajar con personas con discapacidad, en colaboración con la ciudad de Mazamet, para implicarlas en la recolección y transformación del pastel.
Una lucha por la preservación del saber hacer
Producir pastel en condiciones que respeten el medio ambiente y las tradiciones tiene un coste. Con un precio de coste de 350 euros por kilo de pigmento natural, Berthoumieux se enfrenta a la competencia de los pigmentos sintéticos, cuyo coste es de sólo 11 céntimos por kilo. “No puedo luchar contra la competencia, pero hago campaña para que me reconozcan como productor de pasteles”, explica. Su compromiso con la trazabilidad y la calidad del producto es total: cada pigmento procede directamente de láminas de pastel cultivadas in situ.
Más allá de su producción, Bruno Berthoumieux tiene grandes ambiciones para su sitio. En 2024, prevé ampliar su superficie de extracción de pastel de 50 a 150 m² y crear una piedra de molino que permitirá a los visitantes descubrir la creación de la cáscara de pastel. ¿Su último sueño? Hacer de su finca el “centro mundial del azul”, un lugar único donde encontramos todas las formas de azul, ya sea vegetal, animal o mineral.
Un proyecto en armonía con el medio ambiente y la economía local
Además de su implicación en el turismo y la educación, Pastel Prod destaca por su enfoque ecológico en el teñido. Mientras que un par de vaqueros clásicos requiere 1.500 litros de agua para teñirse, Bruno utiliza sólo 30 litros para obtener un resultado igualmente vibrante, con una tasa de reciclabilidad del 98%. “También trabajamos con escuelas de alta costura como ESMOD”, añade, destacando el creciente reconocimiento del pastel en el mundo de la moda.
Con su sala de recepción con capacidad para 150 personas y sus recorridos inmersivos de 90 a 120 minutos, Pastel Prod se ha consolidado como una visita obligada en Occitania. Gracias a un saber hacer transmitido de generación en generación y a una pasión inquebrantable, Bruno Berthoumieux demuestra que es posible dar vida al patrimonio sin dejar de estar en sintonía con las cuestiones contemporáneas.
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