Esta votación de la cámara alta del Parlamento, que se produce dos semanas después de la de los diputados, no estaba en duda y ningún senador votó en contra. El presidente ruso, Vladimir Putin, que rubricó el tratado en junio en Pyongyang, debe ahora promulgar el texto que luego entrará en vigor.
Este tratado, firmado durante una rara visita de Vladimir Putin a Pyongyang en junio, entre dos bestias de Estados Unidos prevé una “ayuda militar inmediata” recíproca en caso de ataque contra uno de los dos países. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, afirmó el lunes por la tarde que 11.000 soldados norcoreanos ya se encontraban en la región rusa de Kursk, donde, desde su ofensiva sorpresa en agosto, el ejército ucraniano ha ocupado unos cientos de kilómetros cuadrados.
A los ojos de los occidentales hay pocas dudas de que los soldados norcoreanos pronto participarán en el combate. Varios funcionarios ucranianos incluso sugirieron que ya habían tenido que enfrentarse al fuego ucraniano, como el director del centro de lucha contra la desinformación, Andriï Kovalenko, que aseguró en Telegram que algunos “ya habían sido atacados en la región de Kursk”. Pyongyang y Moscú no han confirmado ni desmentido este despliegue.
Los próximos días. El Departamento de Estado estadounidense dijo el 31 de octubre que esperaba su compromiso “en los próximos días” y el secretario de Estado, Antony Blinken, estimó que Rusia tenía intención de “utilizar estas fuerzas en operaciones de primera línea”. Esta internacionalización del conflicto desencadenada en febrero de 2022 por el ataque ruso a Ucrania marcaría una nueva escalada.
Por lo tanto, Ucrania está molesta por la timidez de sus partidarios occidentales, que todavía no la autorizan a atacar a Rusia de manera discrecional con misiles proporcionados por Europa y Estados Unidos. Sobre todo porque las malas noticias se acumulan para Kyiv. Las tropas ucranianas, carentes de hombres y armas, se retiran en muchos sectores del frente. En octubre, el ejército ruso avanzó casi 500 kilómetros cuadrados en Ucrania, su mayor ganancia territorial en un mes desde marzo de 2022 y las primeras semanas del conflicto.
“Vemos un aumento en el número de norcoreanos (cerca del frente), pero no un aumento en la reacción de nuestros socios”, lamentó el lunes Volodymyr Zelensky. Dos semanas después de la ratificación unánime del tratado por parte de los diputados, el resultado de la votación del Consejo de la Federación de Rusia, la cámara alta, no está en duda. El presidente ruso deberá entonces promulgar el acuerdo que luego entrará en vigor.
Victoria. Rusia y Corea del Norte se han acercado significativamente desde que comenzó la invasión de Ucrania. Al igual que Irán, otro adversario existencial de Washington, Corea del Norte es acusada por Kiev y Occidente de suministrar proyectiles y misiles al ejército ruso.
Se sospecha que pide, en particular, a cambio de tecnologías que le ayudarán a reforzar su arsenal nuclear, en particular en el ámbito de los misiles. El martes, los norcoreanos llevaron a cabo una nueva prueba de lanzamiento de un misil balístico intercontinental, mostrando su determinación de continuar con su programa de desarrollo de armas nucleares.
Durante una visita de varios días a Rusia, durante la cual fue recibida el lunes por Vladimir Putin, la jefa de la diplomacia norcoreana, Choe Son-hui, prometió que su país permanecería junto a su socio “hasta ‘el día de la victoria’ en Ucrania”. En este contexto, Corea del Sur, importante exportador de armas, ha indicado que está estudiando la posibilidad de enviar armas directamente a Ucrania.
Hasta ahora se había opuesto debido a una política nacional de larga data que le impedía suministrar armas a países en guerra. “El régimen de Kiev intenta hacer todo lo posible para implicar a Seúl” en el conflicto, comentó el martes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, que se negó sin embargo a comentar sobre la presencia de tropas norcoreanas.
© Agencia France-Presse
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