Una participación de soldados norcoreanos en los combates, que Occidente considera inminente, sería un nuevo golpe para las tropas ucranianas, carentes de hombres y armas, que se retiran en muchos sectores del frente.
La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses parece también una promesa de que la ayuda se agotará y los ucranianos temen que, a su regreso a la Casa Blanca en enero, el republicano les obligue a negociar con Rusia en condiciones muy duras y favorables a Moscú.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, afirmó el lunes por la tarde que 11.000 soldados norcoreanos ya se encontraban en la región rusa de Kursk, donde el ejército ucraniano ocupa unos cientos de kilómetros cuadrados.
Varios funcionarios ucranianos incluso sugirieron que ya habían tenido que enfrentarse al fuego norcoreano, como el director del centro de lucha contra la desinformación, Andriï Kovalenko, que aseguró en Telegram que algunos “ya habían sido atacados en la región de Kursk”.
Pyongyang y Moscú no han confirmado ni desmentido este despliegue.
Related News :