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“No hay empresa que gane en un mundo que pierde”

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La propuesta de revisión de las disposiciones relativas a la transparencia en materia de sostenibilidad en Suiza no ha pasado desapercibida para la comunidad empresarial.

El proyecto destinado a adaptar las disposiciones del Código de Obligaciones relativas a la “transparencia en cuestiones no financieras” tiene como objetivo fortalecer la responsabilidad de las empresas en cuestiones sociales, ambientales y de gobernanza. Los cambios previstos incluyen una mayor obligación para las empresas de publicar informes detallados sobre sus impactos ambientales y sociales. Inspirado en la Directiva CSRD1 de la Unión Europea, esta revisión implica seguir estrictas normas de presentación de informes.

Voces críticas en el mundo empresarial expresan preocupaciones legítimas sobre costos adicionales y carga administrativa, especialmente para las medianas empresas. Algunos también temen que la implementación de este proyecto, sin una coordinación suficiente a nivel internacional, afecte a la competitividad de las empresas suizas. Si hay que creer en estas críticas, el requisito de transparencia expresado por el regulador tendería a tener un alcance “punitivo”. En realidad, el marco normativo que el regulador suizo pretende establecer tiene como objetivo facilitar la transición ecológica y social. No “pretende regular el funcionamiento de las empresas”, como especifica un estudio elaborado por Terra Nova2. Es, sobre todo, parte de un enfoque liberal. Su ambición es permitir a la comunidad económica dotarse de un sistema métrico preciso que le permita tomar decisiones encaminadas a maximizar su rendimiento global a largo plazo. El concepto de desempeño general, a menudo asociado con el “triple resultado final” (“Personas, Planeta, Beneficios”), se refiere a una evaluación justa de los resultados de una organización, integrando aspectos económicos, sociales y ambientales y vinculándolos directamente con el desempeño económico. Por lo tanto, la noción de desempeño general implica la existencia de un vínculo entre el desempeño económico y el impacto ambiental y social. Sin embargo, la integración de este vínculo en el modelo de negocio de las empresas es nueva y, por tanto, no resulta obvia. Los requisitos contables a los que están sujetas las empresas ignoran esto. No es por no haber sido alertados periódicamente, en particular por algunos industriales como Henry Ford, que, en su momento, declaró: “las dos cosas más importantes no aparecen en el balance de la empresa: su reputación y sus hombres.

El proyecto de revisión de las disposiciones relativas a la transparencia en materia de sostenibilidad en Suiza y la iniciativa europea en la que se inspira propone un enfoque holístico para establecer el vínculo inquebrantable entre las cuestiones financieras y extrafinancieras. Como sugiere el estudio Terra Nova antes mencionado, “los llamados datos extrafinancieros son impulsores de los fenómenos financieros”. De este modo, el proceso de elaboración de informes de RSC ya no pretende ser una simple observación de buenas prácticas vigentes. Al contrario, se presenta como un vector de análisis prospectivo. Su aplicación rigurosa va acompañada de la obtención de un conjunto de indicadores que permiten “(…) aumentar la visibilidad de los beneficios obtenidos” y “reflejar con precisión las especificidades y el ADN de las empresas interesadas”. Los órganos de administración y los miembros del Consejo de Administración disponen así de un medio inestimable para medir los impactos, riesgos y oportunidades inducidos por factores sociales y ambientales. Así pues, el esfuerzo necesario para ejercer la transparencia en la información sobre la RSC genera ciertamente costes, pero las 200 empresas suizas que podrían verse afectadas por las nuevas disposiciones del CO, al igual que las 50.000 empresas europeas sujetas al CSRD (es decir, el 0,2 % de las empresas de la Unión Europea) Unión), adquieren a cambio una ventaja competitiva sobre sus competidores: la de disponer de una herramienta que les permite gestionar, a lo largo de toda su cadena de valor, las interacciones materiales entre el desempeño económico y desafíos sociales y ambientales. La ambición es cambiar gradualmente el modelo económico de la era del “valor para los accionistas” a la era del “valor para las partes interesadas”, donde tener en cuenta los intereses de los accionistas es ahora inseparable de los intereses de otras partes interesadas.

1 Directiva sobre informes de sostenibilidad corporativa

2 CSRD: el sistema métrico del negocio responsable

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