Las elecciones estadounidenses se acercan y su resultado bien podría afectar el futuro de las criptomonedas. Entre la incertidumbre regulatoria y la adopción institucional, los gigantes de las finanzas tradicionales están avanzando sus peones. Descifrando una situación compleja donde se mezclan política y tecnología…
A pocas horas de las elecciones estadounidenses, una pregunta arde en labios de los entusiastas de las criptomonedas: ¿cuál será el impacto del resultado en el futuro de estos activos digitales? Si los especuladores están inquietos, apostando a una subida del Bitcoin en caso de victoria de Donald Trump o a una caída si gana Kamala Harris, los gigantes de las finanzas tradicionales parecen mirar más allá de esta agitación a corto plazo. Para ellos, la cuestión no es tanto saber si Trump o Harris llegarán a la Casa Blanca, sino más bien cómo seguir avanzando sus peones en el universo criptográfico, independientemente de quién ocupe el cargo en la Oficina Oval.
Las grandes maniobras de los gigantes financieros
Esta semana, en vísperas de las elecciones, varios anuncios confirmaron el apetito intacto de los gigantes financieros por las criptomonedas. Swift, el sistema de mensajería interbancaria utilizado por más de 11.500 instituciones financieras en todo el mundo, ha presentado una asociación con UBS Bank y Chainlink para probar la liquidación de transacciones de activos digitales a través de su red. Por su parte, Citigroup ha desarrollado con Fidelity una “prueba de concepto” de un fondo monetario basado en blockchain, que incluye un sistema de intercambio de divisas digital.
Estas iniciativas demuestran que para los grandes nombres de las finanzas, la pregunta ya no es si las criptomonedas tienen futuro, sino cómo posicionarse para aprovecharlas. Ciertamente, el resultado de las elecciones podría influir en el ritmo y las modalidades de esta adopción institucional, pero parece poco probable que ponga en duda la tendencia subyacente.
Un ritmo de adopción dependiendo del ganador
Para Phillip Shoemaker, director ejecutivo de Identity.com, una victoria de Trump podría acelerar las cosas, con una avalancha de nuevos ETF criptográficos y un mayor uso de monedas estables para pagos. Por el contrario, el éxito de Harris podría desacelerar el ritmo, con un régimen regulatorio más estricto. Pero en ambos casos, la adopción institucional continuará, aunque a un ritmo diferente.
Para mí está claro que el resultado de las elecciones tendrá un impacto significativo en el ritmo de adopción. Pero esto ocurrirá en todos los casos.
– Phillip Shoemaker, Identity.com
Los gigantes financieros son cautelosos pero decididos
Si una victoria demócrata pudiera hacer que los gigantes financieros fueran un poco más cautelosos, dada la incertidumbre regulatoria, esto no debería disuadirlos de las criptomonedas. Como señala Brian Dixon, director ejecutivo de Off the Chain Capital, los grandes nombres del sector financiero buscan, sobre todo, claridad regulatoria. Por lo tanto, una administración Harris debería cambiar su postura para brindarles la previsibilidad que esperan.
Bajo una administración de Harris, la adopción institucional podría seguir un camino más convencional, con un enfoque en el cumplimiento y la integración con la infraestructura financiera existente.
– Brian Dixon, Capital fuera de la cadena
Más allá de los disturbios electorales, la tendencia subyacente sigue siendo favorable a las criptomonedas
A pesar de las turbulencias regulatorias y las montañas rusas del mercado, la industria de activos digitales continúa avanzando y madurando. Las criptomonedas atraen cada vez más adeptos, pero también la atención de los gigantes financieros tradicionales, conscientes de su potencial para mejorar los servicios financieros.
Estas fijaciones a corto plazo en el mercado nos hacen perder de vista el panorama más amplio, es decir, el lugar que debería ocupar la tecnología blockchain en la evolución de la tecnología que impacta nuestras vidas.
– Michael Casey, La sociedad de IA descentralizada
Mientras los estadounidenses se preparan para elegir a su próximo presidente, una cosa es segura: gane quien gane, las criptomonedas continuarán su irresistible ascenso. Los gigantes financieros lo han entendido bien y están dispuestos a subirse a esta ola, con elecciones o no. El futuro nos dirá a qué ritmo y de qué forma, pero el movimiento parece estar realmente en marcha. Queda por ver quién, Trump o Harris, marcará el ritmo.
Si una victoria demócrata pudiera hacer que los gigantes financieros fueran un poco más cautelosos, dada la incertidumbre regulatoria, esto no debería disuadirlos de las criptomonedas. Como señala Brian Dixon, director ejecutivo de Off the Chain Capital, los grandes nombres del sector financiero buscan, sobre todo, claridad regulatoria. Por lo tanto, una administración Harris debería cambiar su postura para brindarles la previsibilidad que esperan.
Bajo una administración de Harris, la adopción institucional podría seguir un camino más convencional, con un enfoque en el cumplimiento y la integración con la infraestructura financiera existente.
– Brian Dixon, Capital fuera de la cadena
Más allá de los disturbios electorales, la tendencia subyacente sigue siendo favorable a las criptomonedas
A pesar de las turbulencias regulatorias y las montañas rusas del mercado, la industria de activos digitales continúa avanzando y madurando. Las criptomonedas atraen cada vez más adeptos, pero también la atención de los gigantes financieros tradicionales, conscientes de su potencial para mejorar los servicios financieros.
Estas fijaciones a corto plazo en el mercado nos hacen perder de vista el panorama más amplio, es decir, el lugar que debería ocupar la tecnología blockchain en la evolución de la tecnología que impacta nuestras vidas.
– Michael Casey, La sociedad de IA descentralizada
Mientras los estadounidenses se preparan para elegir a su próximo presidente, una cosa es segura: gane quien gane, las criptomonedas continuarán su irresistible ascenso. Los gigantes financieros lo han entendido bien y están dispuestos a subirse a esta ola, con elecciones o no. El futuro nos dirá a qué ritmo y de qué forma, pero el movimiento parece estar realmente en marcha. Queda por ver quién, Trump o Harris, marcará el ritmo.
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