Según la mayoría de los medios franceses, la campaña se habría opuesto a un Donald Trump desatado en excesos y al insulto a una amable Kamala Harris respetuosa de las costumbres. En lenguaje editorialista, llamamos a esto polarización extrema de la que Donald Trump es el único responsable.
Tenemos que ser honestos, ciertamente es Donald Trump quien normalizó el insulto y la mentira en la política. Además, ahora estamos hablando de trumpismo. Pero esta vez voló alto por ambos lados. Kamala Harris llamó a Donald Trump un “fascista”“impropio”, “perturbado”. Él respondió con “Comunista”,“estúpido”, “retardado”. También trató a sus oponentes “enemigos desde dentro“y Puerto Rico”bote de basura flotante“. A lo que Joe Biden respondió: “la única basura son los votantes de Trump“. La guardería no es la más concurrida.
Para el 75% de los estadounidenses, la democracia está amenazada. Y tienen razón. La democracia no es sólo procedimientos o reglas sino un estado de ánimo. Este es un desacuerdo civilizado: el otro es legítimo, pertenece a la misma comunidad política que yo, por eso acepto su victoria. Pero cuando las tiendas se cierran antes de una elección, este acuerdo mínimo para el desacuerdo no existe.
¿Estamos en Francia?
El día antes del 2th ronda legislativa, fue lo mismo. En París, se esperaban disturbios en caso de victoria del Rally Nacional. La trumpización ha ganado la vida pública y la Asamblea Nacional. Los LFIistas llaman a sus oponentes fascistas y racistas todos los días, pero más allá del insulto, la mentira consciente es lo que más me llama la atención. El Nuevo Frente Popular dice que les robaron las elecciones y que el gobierno no es legítimo. El frente republicano también es una mentira de pandillas organizadas. ¿Quién cree en la amenaza fascista?
¿Cómo explicarlo? Hay una caída generalizada en el nivel de educación. ¿Qué podemos esperar de un Louis Boyard o de una Ersilia Soudais?
El papel de las redes sociales también es inmenso. Es una fuerza devastadora de desocialización. Elimina las inhibiciones. No decimos todo lo que se nos ocurre. Pues detrás de su teclado, sí. La amenaza de muerte se ha vuelto algo común, casi natural. El adversario es un enemigo, por eso todo está permitido, incluso la calumnia.
Este clima repugnante repugna a muchos franceses. Y muchos estadounidenses. Esto explica, en Francia, la capital de simpatía de Michel Barnier, el hombre que le dice a Mathilde Panot que la respeta cuando ella se muestra agresiva. Sin ofender a los rebeldes de la opereta, hoy la buena educación es vanguardista y la cortesía es revolucionaria.
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