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Agua en el gas entre el Ejecutivo italiano y el grupo Stellantis

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El presidente del grupo multinacional franco-ítalo-estadounidense Peugeot-Citroën y Fiat Chrysler ha rechazado recientemente una invitación del presidente de la Cámara de Diputados, provocando la reacción de la presidenta del Consejo de Ministros italiano, Giorgia Meloni, que ha criticado lo acusó de haber “faltado el respeto al Parlamento”, mientras que los diputados calificaron esta negativa de “insulto a las instituciones”, según los medios locales.

Al día siguiente de esta agitación político-económica, Meloni indicó, durante un programa en la cadena pública RAI, que “somos una república parlamentaria, esto es una falta de respeto al Parlamento”.

En respuesta, el grupo Stellantis indicó que Elkann había hablado por teléfono durante la tarde del mismo día con el presidente de la Cámara de Diputados, Lorenzo Fontana, y que le aseguró su “respeto” al Parlamento y su apertura al diálogo. con todas las instituciones, como siempre ha sido el caso del grupo en todos los países en los que está presente, y en primer lugar en Italia.

En una respuesta escrita, Elkann justificó su decisión de no atender la invitación por la intervención del director general de Stellantis, Carlos Tavares, unos días antes, ante la misma comisión. “Como no ha habido ninguna actualización” desde la audiencia de Tavares ante la comisión, “no tenemos nada que añadir a lo que ya ha ilustrado el director general”, especificó en su misiva.

Durante su reunión con los representantes electos de esta comisión, Tavares destacó los problemas que enfrenta el grupo en Italia, en particular el elevado precio de la energía que aumenta los costes de producción, y pidió a los legisladores que hagan accesibles sus vehículos mediante incentivos y subvenciones.

Además, el presidente del consejo de administración de Stellantis quiso en su respuesta garantizar que el debate entre la multinacional y las autoridades italianas continúe en el seno de un grupo de trabajo creado en el seno del Ministerio de Control.

Mientras Roma insiste en que el grupo cumpla su objetivo de producir un millón de coches al año en Italia de aquí a 2030, Stellantis afirma que la producción en la Península depende de la demanda y que, ante coches caros, el Estado debería ofrecer incentivos.

Sin embargo, el gobierno prevé, para corregir sus cuentas deficitarias, reducir en 4.600 millones de euros las subvenciones destinadas a la transición verde del sector del automóvil prevista entre 2025 y 2030.

El grupo Stellantis, nacido en 2021 de la fusión entre Peugeot-Citroën y Fiat Chrysler, fabricó más de 751.000 vehículos en Italia el año pasado, mientras que para 2024, los sindicatos cuentan con menos de 500.000 unidades.

A la espera de resolver este enésimo desacuerdo, el trapo sigue ardiendo entre Palais Chigi y el fabricante mundial de automóviles.

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