A mediados del siglo XVI, Iván IV Vasilievich se convirtió en el primer zar de Rusia a la edad de 17 años. Llamado Iván “el Terrible”, este apodo es muy ligero teniendo en cuenta lo que les hizo a los rusos. Al inicio de su reinado, incrementó el número de reformas. En la Plaza Roja, Iván IV construyó la Basílica de Basilio el Bendito con sus cúpulas en forma de bulbo de todos los colores. Reorganizó el ejército y amplió su territorio con victorias militares contra pueblos que desafiaban su autoridad.
En 1581 alcanzó el colmo de su locura. Al frente del país durante más de 30 años, Iván IV atacó a la esposa de su hijo mayor en otro ataque sangriento. Su hijo también se llamaba Iván, tenía 27 años y lo sucedería.
Por un atuendo considerado indecente, golpeó a su nuera cuando estaba embarazada. El ataque fue tan violento que tuvo un aborto espontáneo.. Al oír los gritos de su esposa, intervino el zarevich Iván. Y, ebrio de ira, su padre, Iván el Terrible, gritó: “¡Niño infeliz! ¡Hijo rebelde! ¿Quieres ya destronarme? ¿Quieres ocupar mi lugar?”.
El zar se abalanzó sobre su hijo con un largo palo de madera con punta de acero, que llevaba a todas partes para golpear a cualquiera, en cualquier momento. Golpeó a su hijo en los hombros y en la cabeza. ILuchó duramente hasta que el pobre joven se desplomó en un charco de sangre..
Iván el Terrible permaneció postrado durante varios minutos y luego comenzó a gritar: “¡Maté a mi hijo! ¡Maté a mi hijo!”. Después de varios días de agonía, el heredero al trono finalmente murió. En el funeral, Iván el Terrible estaba demacrado, pálido y apenas podía mantenerse en pie. Pero muy rápidamente acabó recuperándose.
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