Un día después de una jornada caótica, durante la cual una multitud enfurecida saludó con insultos y lanzamientos de barro la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del rey de España, Felipe VI, a una de las localidades más afectadas, la prioridad sigue siendo la localización de los desaparecidos y los identificación de los cadáveres en España este martes.
Más de 200 víctimas registradas
Según un último informe, al menos 217 personas murieron en estas inundaciones: 213 sólo en la Comunidad Valenciana, tres en Castilla-la-Mancha, donde este domingo se descubrió el cuerpo sin vida de un septuagenario, a doce kilómetros de distancia. su desaparición, y uno en Andalucía.
Las autoridades, sin embargo, siguen repitiendo que el número final de víctimas podría ser mayor, mientras que un número indeterminado de residentes sigue desaparecido y muchos aparcamientos subterráneos, completamente inundados, aún no han sido inspeccionados en su totalidad.
El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha explicado este domingo que los servicios de emergencia han explorado prioritariamente “las zonas más accesibles” situadas “en superficie” pero que “todavía quedan plantas bajas, sótanos y aparcamientos inundados” donde “hay muertos” podría encontrarse.
“Puede ser terrible”
Las autoridades están especialmente preocupadas por la situación del aparcamiento subterráneo de Bonaire, el centro comercial de Aldaia, una localidad de 31.000 habitantes en las afueras de Valencia. Con una capacidad de 5.700 plazas, casi la mitad de las cuales son subterráneas, esta última está completamente inundada.
Imágenes difundidas por televisión y en redes sociales muestran la rampa de acceso al subsuelo llena de agua fangosa, donde flotan numerosos escombros. Las escaleras mecánicas ubicadas en el interior del centro comercial también quedaron completamente sumergidas.
“El centro comercial está devastado en su parte alta. Y ahí abajo hay una terrible incógnita. No estamos seguros de qué encontraremos”, dijo el alcalde de Aldaia, Guillermo Luján, a la televisión pública TVE. “Queremos tener cuidado” pero “puede ser terrible”.
Vuelos desviados y tráfico de trenes suspendido en Barcelona
En los últimos días, el personal de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que interviene durante catástrofes naturales, ha instalado numerosas bombas para comenzar a evacuar el agua. Los buzos lograron penetrar bajo tierra, sin haber encontrado hasta el momento ningún cuerpo.
En las localidades más afectadas por las inundaciones, aún prevalecen la ira y la angustia, seis días después de la tragedia. Muchas calles siguen atascadas con montones de automóviles, barro y basura, y casas sin teléfono ni electricidad.
El lunes por la mañana, la Agencia Meteorológica Española (Aemet) aseguró que la situación de “crisis meteorológica” había terminado en la Comunidad Valenciana. Por otro lado, situó en alerta roja a Barcelona y su área metropolitana, 350 kilómetros más al norte, donde comenzaron a caer lluvias torrenciales.
En el área metropolitana de Barcelona se suspendió el tráfico de trenes de cercanías y se creó un comité de crisis en el aeropuerto internacional de Barcelona-El Prat, donde se desviaron una quincena de vuelos, según las autoridades.
Debido al mal estado de las carreteras y al tiempo todavía lluvioso, que llevó a la agencia meteorológica a poner parte de la región en alerta naranja, las autoridades mantuvieron este lunes las restricciones de circulación en varios ejes. Los colegios de Valencia permanecerán cerrados todo el día.
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