Publicado el 3 de noviembre de 2024 a las 19:01 horas. / Modificado el 4 de noviembre de 2024 a las 10:12.
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España construyó sus ciudades costeras en áreas que normalmente se esperaba que absorbieran una importante afluencia de agua, particularmente de las montañas circundantes.
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Los especialistas recomiendan intervenir aguas arriba de las ciudades y en el corazón de ellas
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Las cifras hablan por sí solas: el campo está mucho mejor equipado que las zonas urbanas para hacer frente a las aguas torrenciales
Apenas ha transcurrido una semana desde la mayor catástrofe de este medio siglo en España (sus 217 muertos y decenas de desaparecidos) que ya estamos haciendo balance de los imperativos cambios a introducir en materia de infraestructuras y urbanismo. Y esto para que, durante la próxima “DANA” –o gotas frías, estas depresiones aisladas de alto nivel– las consecuencias materiales y humanas sean mucho menos graves. La configuración de las zonas más afectadas –básicamente pequeñas localidades de las afueras de Valencia (Torrent, Picaña, Aldaia, Chiva, Paiporta, etc.)– muestra claramente dónde está la cuestión: la mayor parte de las muertes y la destrucción se produjeron en el borde de ramblas. Estos cauces típicamente mediterráneos parecen pequeños barrancos secos provenientes de las montañas, diseñados precisamente para contener la furia de las inundaciones en caso de tormenta.
En general, ante cada inclemencia de este tipo, estos ramblas salvar puentes, mobiliario urbano y viviendas. A menos que, gracias al cambio climático, la virulencia de las lluvias supere los 200 a 300 litros por metro cuadrado. Sin embargo, el martes 29 de enero cayó en determinadas zonas ¡hasta 500 litros por metro cuadrado! Nunca antes visto. En Madrid, el Ministerio de Infraestructuras ha informado: esta “gota fría” de dimensiones bíblicas obligará a mover carreteras, a reconstruir polígonos industriales, a reforzar puentes y a construir terraplenes para proteger los edificios más expuestos. En Valencia y sus alrededores, pero también en toda la costa mediterránea, desde el Cap de Creus en Cataluña hasta Huelva en Andalucía, donde las características topográficas, humanas y urbanas son similares.
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