Unos días después de las terribles inundaciones que asolaron el sureste de España, en particular la región de Valencia, y mientras el número de víctimas, 211, sigue aumentando, la cuestión de los desaparecidos atormenta a la población. Este domingo llegarán como refuerzo unos 5.000 soldados y 10.000 policías adicionales, que se unirán a los 3.000 agentes desplegados en el lugar. Acusado de desorganización e inacción por falta de recursos, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat, finalmente aceptó la ayuda de Madrid para acelerar las investigaciones y restaurar las localidades asoladas por los torrentes de barro.
Ola de barro
Día y noche, equipos de buzos, bomberos y soldados se adentran en los túneles y sótanos de los aparcamientos inundados para intentar localizar a los conductores que podrían haberse ahogado. También se buscan con perros especializados y cámaras infrarrojas en las montañas de restos de coches volcados por las olas, como en Alfafar, un pequeño pueblo de Castilla-la Mancha, o en un túnel de 300 metros de longitud, más de 100 coches están incrustados uno en el otro.
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“Es terrible, en cuanto abres la puerta de un coche o clavas la pala en un banco de barro, te encuentras con un cadáver”comentó con desolación en la televisión española TVE Maribel Albalat, la alcaldesa de Paiporta, otra localidad de 29.000 habitantes situada a sólo 4 kilómetros del centro de la ciudad de Valencia y donde 60 personas murieron arrastradas por la ola de barro.
Un bombero busca cadáveres entre los escombros, 2 de noviembre de 2024. (Créditos: LTD/Manaure QUINTERO/AFP)
Pero los servicios de emergencia corren el riesgo de realizar nuevos descubrimientos macabros en los próximos días. Los tres aparcamientos subterráneos del megacentro comercial del sur de Valencia siguen inundados. Uno de los encargados del parking explicó a la prensa local que había visto a muchos clientes bajar a recoger sus coches antes de que la ola inundara todo el centro comercial. Las autoridades piden cautela a la hora de dar cifras oficiales sobre el número de personas desaparecidas. “No podemos dar una estimación, pero es probable, dadas las circunstancias y según los comentarios de nuestros expertos, que haya más muertes”precisó el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Para tener una estimación de las personas desaparecidas, las autoridades autonómicas valencianas se basan en las 75.000 llamadas telefónicas de emergencia realizadas durante la jornada del martes.
Mensajes de socorro
Actualmente aún hay 1.500 llamadas de personas que no han sido localizadas. “Es muy difícil saber cuántas personas han desaparecido, porque todavía hay demasiadas personas privadas de comunicación, por eso evitamos dar cifras. Cuando alguien encuentra a un ser querido no siempre avisa a las autoridades”comentó el alcalde de Paiporta, donde alrededor de un centenar de personas aún no acuden a la llamada. La policía y familiares también utilizan las redes sociales, donde cientos de personas sin noticias de sus familiares envían mensajes de socorro.
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Cientos de vecinos acuden también a los gimnasios de la ciudad de Valencia, transformados en morgues, en busca de sus seres queridos. La lentitud de los servicios mortuorios desespera a las familias. De los 202 muertos encontrados en las inundaciones, 169 cadáveres fueron sometidos a autopsia por médicos forenses y sólo 39 de ellos pudieron ser identificados. Una vez más, las autoridades locales han pedido a la población paciencia; los hospitales y centros de salud se encuentran actualmente al borde de la saturación. La ira aumenta entre los residentes privados de todo y torturados por la ansiedad de la espera.
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