Mientras tanto, se organiza la solidaridad. Más de 100.000 residentes de la ciudad de Valencia se ofrecieron como voluntarios para limpiar las calles de barro y todo lo que transportaba con rara violencia a los pueblos de los alrededores. El gobierno regional abrió el viernes un centro de coordinación y fletó autobuses para distribuir equipos entre las zonas de desastre. Unos 2.500 voluntarios, que llegarán el sábado por la mañana, regresarán al final del día y serán relevados durante los próximos días por otros equipos de voluntarios.
Ante las críticas que acusan a las autoridades de haber reaccionado demasiado tarde, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, admitió que “llegará el momento de analizar” posibles “negligencias”.
Todavía no ha llegado el momento de bajar la guardia, advirtió la agencia meteorológica nacional (Aemet) en la red social X. Aún se esperan chubascos, incluso granizo, el sábado por la tarde y el domingo en el Mediterráneo. Se espera que fuertes lluvias azoten el sábado el sur de Cataluña y el norte de la región de Castellón, en la Comunidad Valenciana.
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