Un fracaso esperado por sus autores, empezando por Olivier Faure, que fue el primero en subir al podio para exigir la censura de un gobierno nacido, según él, de un “atraco electoral” y que “nunca debería haber sido nombrado”. Pero el jefe del Partido Socialista había reconocido de antemano que Michel Barnier seguiría “controlando el país al final de esta sesión”, con la buena voluntad de una extrema derecha que “le puso bajo (su) tutela”.
“Validación cómplice” de la RN
Una “validación cómplice” de la RN, denunciada también por la rebelde Clémence Guette, para asegurar mejor al primer ministro que su gobierno “es, por tanto, ilegítimo”. “Es matemático, sin el apoyo de la RN su gobierno sería derrocado”, insistió la jefa de los diputados ecologistas, Cyrielle Chatelain, viendo en ello “la demostración de un acuerdo político entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen”.
“La mayoría relativa que acompaña al gobierno es hoy la menos relativa. »
Lo que evidentemente defendió el partido de la llama, burlándose a través de la voz de su diputado Guillaume Bigot de una censura “malhumorada y caprichosa” que sólo podría “conducir al caos”, a falta de una nueva disolución posible antes del verano de 2025 “Nuestra “El grupo está deseando votar a favor de la censura”, pero “sólo censuraremos actos”, añadió el electo de Belfortain, explicando que su grupo “prefiere por el momento ejercer presión” sobre el ejecutivo “en una lógica del mal menor”.
Michel Barnier también rebatió la idea de que su gobierno es ilegítimo, considerando que su “mayoría relativa” era la “menos relativa” posible en el Palacio Borbón, dividido desde las elecciones legislativas en tres bloques, ninguno de los cuales tiene mayoría absoluta.
Lógicamente, el bloque central le dio su apoyo, en particular el hombre fuerte de la derecha Laurent Wauquiez, que prometió “hacer todo lo posible para ayudarle a triunfar”. En el centro, el líder del grupo MoDem, Marc Fesneau, criticó el “enfoque profundamente cínico” de la censura “pavloviana” y de “clan”, cuando “la respuesta está en nuestra capacidad de influir encontrando un consenso parlamentario”.
El socialista Olivier Faure no ha cerrado completamente la puerta, tomando al pie de la letra la petición de “compromiso” de Michel Barnier invitándole a “avanzar sobre la base de las enmiendas” que los socialistas presentarán sobre el proyecto de presupuesto para 2025.
“No podemos permitirnos el lujo de una crisis política”, subrayó ese mismo día Laurent Marcangeli, jefe de los diputados de Horizontes.
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