Además de la energía, la subida de los precios de los servicios se desaceleró ligeramente, hasta alcanzar el 4% en septiembre, una caída de 0,1 puntos respecto al mes anterior. Por el contrario, la dieta, incluidos el alcohol y el tabaco, aumentó ligeramente, con un incremento del 2,4%, un incremento de 0,1 puntos.
Esta caída de la inflación representa una buena noticia para el Banco Central Europeo (BCE), que lleva meses trabajando para que la inflación vuelva a situarse en torno a su objetivo del 2%. Después de alcanzar un máximo del 10,6% en octubre de 2022, debido al aumento de los precios de la energía tras la guerra en Ucrania, la inflación se desaceleró gradualmente, lo que hizo posible una relajación de las políticas monetarias.
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