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¿Qué coches verán dispararse sus precios?

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El gobierno francés prevé aumentar la penalización ecológica para los coches más contaminantes.

Esta medida, introducida inicialmente en 2008 tras el Foro Medioambiental de Grenelle, podría experimentar una evolución importante de aquí a 2027. ¿El objetivo?

Fomentar aún más la compra de vehículos que sean menos dañinos para el medio ambiente.

¿Pero qué modelos se verían realmente afectados por este endurecimiento?

Profundicemos en los detalles de esta posible reforma que ya está generando fuertes reacciones.

La pena ecológica: principios y desarrollos previstos

La sanción ecológica funciona según un principio simple: cuanto más contamina un coche, más paga su propietario. Actualmente, el umbral de activación está fijado en 118 gramos de CO2 por kilómetro. Más allá de eso, se aplica un impuesto que va desde 50 euros hasta 60.000 euros para los vehículos más contaminantes.

El proyecto del gobierno prevé varios cambios importantes:

  • A reducción gradual del umbral de activaciónalcanzar los 99 g/km en 2027
  • A aumento de la cantidad máxima del impuesto, pasando de 60.000 a 90.000 euros
  • Y ampliación de criterios tenido en cuenta (emisiones de CO2, potencia, peso)

¿Qué vehículos se verían afectados?

Al contrario de lo que podría pensarse, no sólo los coches de lujo se verían afectados por esta reforma. Muchos modelos de gama media o incluso básicos podrían verse sujetos a penalizaciones ecológicas.

SUV térmicos en la mira

Entre los vehículos que podrían perder su exención actual, encontramos muchos SUV térmicos:

  • peugeot 2008
  • Volkswagen T-Cross
  • DS3 cruzado
  • Renault Captur (versión híbrida)

Modelos pequeños afectados

Sorprendente pero cierto, ciertos vehículos compactos también podrían verse afectados:

  • Fiat 500 Multijet
  • Dacia Lodgy

Las cuestiones económicas y políticas de la reforma

Esta posible reforma plantea muchas preguntas, tanto económicas como políticas.

Impacto limitado en los ingresos estatales

Según las estimaciones, el aumento de la sanción ecológica sólo aportaría al Estado unos 300 millones de euros adicionales. Una suma relativamente modesta considerando los problemas y las posibles consecuencias.

¿Un riesgo para la industria automovilística europea?

Los fabricantes de automóviles europeos ya están preocupados por esta posible reforma. Temen que esto debilite aún más un sector que ya está bajo presión, particularmente con el fin previsto de los motores térmicos en 2035.

¿Un impacto en las clases medias?

Aunque el gobierno afirma querer proteger a las clases medias, algunos observadores se preguntan: ¿no sería este recargo ecológico una forma indirecta de impactarlas? De hecho, muchos de los vehículos afectados son modelos populares, ampliamente utilizados por hogares de ingresos bajos y medios.

Alternativas a la pena: ¿qué soluciones para una movilidad más ecológica?

Ante estos posibles cambios, es legítimo cuestionar las alternativas existentes para fomentar una movilidad más respetuosa con el medio ambiente.

El bono ecológico: ¿un sistema a fortalecer?

Actualmente, el bono ecológico ofrece ayudas en la compra de vehículos eléctricos o híbridos enchufables. Sin embargo, su prórroga parece improbable en el futuro inmediato. ¿No deberíamos considerar reforzar este sistema para acompañar el endurecimiento de la pena?

Hacia la movilidad multimodal

Más allá de los incentivos financieros, es necesaria una reflexión más global sobre nuestros modos de viajar. Desarrollo del transporte público, fomento del uso compartido del coche, instalaciones para bicicletas… Hay muchas maneras de reducir nuestra dependencia del coche privado.

Las reacciones de los diferentes actores.

Esta posible reforma de la pena ecológica provoca reacciones variadas en la sociedad francesa.

Los fabricantes de automóviles están preocupados

La industria del automóvil, que ya se enfrenta a numerosos desafíos (electrificación, escasez de componentes), no ve con buenos ojos este posible endurecimiento. Algunos temen una caída de las ventas, en particular de los modelos térmicos que siguen siendo mayoritarios en el mercado.

Asociaciones medioambientales mixtas

Mientras que algunas asociaciones acogen favorablemente una medida destinada a reducir las emisiones, otras creen que no va lo suficientemente lejos. Piden medidas más ambiciosas, como la prohibición total de los vehículos más contaminantes en determinadas zonas.

Los consumidores expectantes

Del lado de los compradores potenciales, domina la incertidumbre. Muchos se preguntan cuál es el momento adecuado para cambiar de vehículo, por temor a tomar una mala decisión financiera a largo plazo.

Perspectivas internacionales: ¿qué están haciendo nuestros vecinos europeos?

Francia no es el único país que se pregunta cómo reducir el impacto medioambiental del parque automovilístico. Es necesaria una visión general de las políticas aplicadas por nuestros vecinos europeos.

El ejemplo noruego

Noruega es pionera en la transición a la movilidad eléctrica. El país ha implementado un sistema fiscal muy ventajoso para los vehículos eléctricos, junto con una infraestructura de carga desarrollada. Resultado: más del 80% de las nuevas matriculaciones corresponden a vehículos eléctricos.

Alemania apuesta por el hidrógeno

Además de los incentivos para la compra de vehículos eléctricos, Alemania está invirtiendo fuertemente en tecnología del hidrógeno. El país ve esta alternativa como una solución de futuro, especialmente para los vehículos pesados.

Italia y España: enfoques más progresistas

Estos dos países, donde la industria del automóvil ocupa un lugar importante, han optado por enfoques más graduales. Dependen más de incentivos para comprar vehículos menos contaminantes que de fuertes sanciones.

¿Qué futuro para la pena ecológica?

Más allá de 2027, ¿cuál podría ser la evolución de la penalización ecológica? Son posibles varios escenarios:

  • Y endurecimiento continuo criterios, para apoyar la evolución tecnológica de los vehículos
  • A revisión completa del sistemaintegrar otros criterios como la huella de carbono global del vehículo (producción, uso, reciclaje)
  • Y reemplazo gradual por otras medidas incentivadoras, como restricciones de tráfico en determinadas zonas

Cualquiera que sea la opción elegida, está claro que la cuestión de la movilidad sostenible seguirá estando en el centro de los debates en los próximos años. La sanción ecológica, en su forma actual o futura, es sólo una herramienta entre otras para fomentar una transición hacia modos de transporte más respetuosos con el medio ambiente.

En última instancia, son todos nuestros hábitos de movilidad los que están llamados a evolucionar. Más allá de los incentivos financieros, se avecina una verdadera revolución cultural en la que todos se verán obligados a repensar sus viajes con miras a la sostenibilidad. La penalización ecológica es sólo una pieza de un rompecabezas mucho mayor: el de la transición ecológica de nuestras sociedades.

Mathieu

Apasionado y curioso, me gusta explorar y compartir perspectivas sobre los acontecimientos actuales. Mi objetivo es ofrecer a mis lectores una mirada informada al mundo que nos rodea.

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