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Muerte violenta de un joven itinerante aún no esclarecida: su familia testifica

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La familia de un joven sin hogar asesinado violentamente en 2020 en Montreal lamenta que esta muerte no haya sido esclarecida cuatro años después y está preocupada por la violencia que amenaza a las personas que viven en la calle.

“Me llamó por FaceTime y estaba enojado. Tenía un ojo morado, se notaba que le habían dado una paliza. A veces me llamaba y me pedía dinero, diciendo: ‘¿Qué me pasará si no pago?’”, confiesa Karell St-Onge.

Su hermano, Philippe St-Onge, fue encontrado gravemente herido el 12 de noviembre de 2020 en un callejón cerca de la calle Saint-Denis. El joven de 28 años presentaba “múltiples heridas” y el informe forense concluyó que murió por “muerte violenta”. Murió en el hospital dos días después.

Philippe St-Onge murió violentamente en 2020.

FOTO PROPORCIONADA POR MACHA DE BONNEVILLE

Para su familia no hay duda de que fue víctima de un asesinato, pues Philippe no tenía pensamientos suicidas y ya había sufrido ataques en el pasado. Casi cuatro años después, la investigación policial se ha estancado y nadie ha sido acusado.

“Había tres personas allí, pero nadie puede decir quién lo hizo. No tienen pruebas para decir quién le golpeó”, sostiene su padre, Marc St-Onge, que todavía espera que se haga justicia.


Marc St-Onge, el padre de Philippe, acudió un año después de la muerte de su hijo al lugar donde éste fue encontrado gravemente herido.

FOTO PROPORCIONADA POR MARC ST-ONGE

Del rayo de sol a la calle

En un café de la costa norte de Montreal, la familia de Philippe accedió a contar su historia al Diario para hacer que las cosas sucedan, pero también para deshacerse del tabú con el que tuvo que vivir durante años: el de tener un ser querido que vive en la calle.

“Cuando era niño, era un pequeño rayo de sol, ni complicado ni difícil. Más tarde se volvió anti-normas, inconformista”, dice desde el principio su madre, Josée Fecteau.

Desde los 18 años, el deseo de libertad empujó a Philippe a dejar el nido familiar para vivir en un apartamento. Fue allí donde recurrió a las drogas duras, como la heroína.

Luego, cuando tenía poco más de veinte años, hizo las maletas y se mudó a Montreal, donde vivió en las calles. “Encontraba ridícula la vida en un trabajo de 8 am a 4 pm. Para él era inconcebible”, continúa su hermana Karell.


Philippe St-Onge vivía como quería en las calles de Montreal, pero los peligros que enfrentaba preocupaban mucho a su familia.

FOTO PROPORCIONADA POR MARC ST-ONGE

Al mismo tiempo, el consumo de drogas se estaba apoderando cada vez más de su vida, incluidas drogas fuertes como el crack y el fentanilo.

Su familia intentó todo para sacarlo de la calle: rehabilitación, alojamiento temporal con sus padres, ayuda para encontrar trabajo. Philippe siempre terminaba volviendo al punto de partida.

Una vida peligrosa

Aunque decía ser feliz, el estilo de vida de Philippe le trajo muchos problemas. Sus seres queridos recuerdan varios atentados de los que fue víctima, antes del que le resultó fatal.

“Es un ambiente donde hay violencia. Un amigo me dijo que unos jóvenes que lo conocieron en Mount Royal le dieron patadas en la cara gratis, sólo porque estaba mendigando”, añadió su padre.

Este último también está convencido de que Philippe fue asesinado por historias relacionadas con las drogas.

Situación en deterioro

Por lo tanto, la familia está muy preocupada al comprobar que las muertes violentas contra las personas sin hogar han aumentado desde la pérdida de Philippe y considera que Quebec no avanza en la dirección correcta en la lucha contra las personas sin hogar.

Quiere concienciar a la población de que la falta de vivienda puede afectar a cualquiera.

“La gente debe dejar de mirar a estas personas como una mierda y de juzgarlas. Si nosotros, una familia unida y normal, podemos marcar la diferencia, [tout le monde peut]…” concluye M.a mí Fecteau.

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