Jean-Michel Larqué, el triste final
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Jean-Michel Larqué, el triste final

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Jean-Michel Larqué, figura emblemática del Saint-Etienne, no habrá tenido la suerte de marcharse de los Verdes, ni como jugador ni como entrenador.

Jean-Michel Larqué, comentarista de los Blues en TF1 durante un cuarto de siglo, junto a Thierry Roland en particular, y voz emblemática del RMC durante más de veinte años, es también uno de los mejores jugadores de la historia del campeonato. Con sus siete títulos de campeón de Francia ganados con el AS Saint-Etienne (1967, 1968, 1969, 1970, 1974, 1975, 1976), fue durante mucho tiempo el jugador más laureado de la Ligue 1, antes de ser superado por Marco Verratti y luego por Marquinhos, con nueve títulos cada uno.

Jean-Michel Larqué, que también formó parte de todas las grandes aventuras europeas de los Verdes, con la famosa final perdida en 1976 contra el Bayern de Múnich en Glasgow como punto culminante, es una leyenda del club de Forez. Un año después, el nativo de los Pirineos Atlánticos tuvo que decidir abandonar la ASSE. Herido en la rodilla durante un partido de la selección francesa, el centrocampista francés vivió una temporada infernal.

Lejos de su nivel de la temporada anterior, Jean-Michel Larqué se hundió con los Verdes en cuartos de final contra el Liverpool y se enemistó con su entrenador, Robert Herbin. Hasta el punto de quedar fuera del grupo y acabar en el filial. Se llegó al punto de no retorno y el vasco tuvo que decidir abandonar el Saint-Etienne después de 12 temporadas en el Loira, 402 partidos y 101 goles.

La incomprensión es total

Jean-Michel Larqué no entendió bien este final brutal. “Herbin me dijo que me apartaba del grupo. Mi primera reacción fue de asombro, seguida de una gran decepción”, reconoció. “Tras quedar fuera de las canchas por primera vez, sentí que había respondido en el campo ofreciendo partidos a la altura de las expectativas. Me resulta difícil explicar esta decisión”. La amargura era palpable y él ya no se hacía ilusiones. “Entendí que se podía prescindir fácilmente de mis servicios. Sé que no soy indispensable. Pero después de doce años en el club, podemos tener formas más elegantes de hacerle entender a un jugador que puede irse a otro lado”.

Ese otro lugar se llamaba París, donde se convertiría, con tan solo 29 años, en el nuevo entrenador del PSG. Unos meses más tarde, volvería a calzarse las botas para ser, sin embargo, jugador-entrenador antes de abandonar el banquillo el verano siguiente para pasar una última temporada como simple jugador.

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