Los mercados de valores volvieron a subir la semana pasada, impulsados por datos macroeconómicos tranquilizadores, en particular en lo que respecta a las tendencias inflacionarias recientes. La perspectiva de tasas de interés más bajas también respaldó el repunte.
Así, la publicación del dato de inflación subyacente, el IPC, ha registrado un avance del 0,27% en agosto, frente al 0,20% previsto. En términos anuales, la evolución del índice en agosto está, no obstante, en línea con las expectativas, con un avance del 3,2%, al igual que en julio.
El shock inflacionario parece haber terminado y en la próxima reunión de la Reserva Federal (Fed) (el 18 de septiembre), la institución podría confirmarlo con una reducción significativa de sus tipos clave (50 puntos básicos) para mostrar que ahora está entrando en una fase de normalización de su política monetaria.
Mientras tanto, el mercado laboral estadounidense sigue enviando señales negativas. Por ejemplo, el Departamento de Trabajo registró 230.000 nuevas solicitudes de subsidio por desempleo durante la semana del 2 de septiembre, un aumento de 2.000 respecto de la semana anterior (que se revisó al alza de 227.000 a 228.000).
Finalmente, el número de personas que reciben beneficios regularmente aumentó en 5.000 a 1.850.000 durante la semana del 26 de agosto, el período más reciente disponible para esta estadística.
En Europa, el Banco Central Europeo (BCE) ha bajado, como se esperaba, sus tipos de referencia en un cuarto de punto, flexibilizando así su política monetaria ante un contexto económico que sigue siendo complicado. En concreto, el tipo de la facilidad de depósito del BCE aumentará hasta el 3,50%.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha vuelto a confirmar que la institución seguirá siendo sensible a la evolución de los datos macroeconómicos, que apuntan a un nuevo recorte de tipos en diciembre.
Durante la semana, el S&P 500 ganó un 4,02%, mientras que el Nasdaq subió un 5,95% y el Stoxx Europe 600 aumentó un 1,85%.
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