Un estudio publicado el miércoles por la asociación New Weather Institute denuncia un «sportswashing» a gran escala y cada vez más avanzado. No es una sorpresa, pero esta nota tiene el mérito de cuantificar el fenómeno, observado desde hace más de diez años.
Según el estudio, los gigantes del petróleo y el gas financian el deporte mundial con 5.000 millones de euros a través de 205 acuerdos de patrocinio. El fútbol, el automovilismo, el rugby y el golf son los deportes más importantes, con patrocinadores como Aramco (1.170 millones de euros), Ineos (700 millones de euros), Shell (420 millones de euros) y TotalEnergies (305 millones de euros).
El verano de 2024 fue el más caluroso registrado
Los países petroleros de Oriente Próximo y Medio ocupan cada vez más espacio en la financiación del deporte, lamentan los autores de este estudio titulado “Dinero sucio: cómo los patrocinios de las empresas de combustibles fósiles contaminan el deporte”. Y esto mientras el verano de 2024 fue el más caluroso jamás registrado en el planeta.
Para llegar a sus resultados, los autores buscaron todos los acuerdos firmados en el ámbito deportivo por empresas vinculadas a los combustibles fósiles, grandes emisoras de gases de efecto invernadero. Identificaron 205, de los que sólo 41 especifican su importe total.
Para llenar el vacío de datos, los autores realizaron estimaciones basadas en comparaciones con acuerdos similares cuyos montos son conocidos para la misma categoría deportiva o en otros sectores (electrónica, alcohol, transporte), de la base de datos SportBusiness y fuentes disponibles públicamente.
“Una amenaza para el futuro de los deportistas”
El mundo del deporte ya no se libra de las preguntas del público, de los políticos o de los propios deportistas sobre el impacto de esta actividad en el calentamiento global. En 2023, TotalEnergies, patrocinador de la Copa del Mundo de Rugby, por ejemplo, tuvo que mantener un perfil bajo en las zonas de aficionados parisinas. El grupo ya había renunciado a ser patrocinador de los Juegos Olímpicos de París 2024 en 2019, tras una carta de la alcaldesa Anne Hidalgo dirigida al comité organizador.
“La contaminación del aire por combustibles fósiles” y las condiciones meteorológicas extremas “amenazan el futuro de los atletas, los aficionados y los eventos, desde los Juegos Olímpicos de Invierno hasta las Copas del Mundo. Si los deportes quieren tener un futuro, deben deshacerse del dinero sucio de los grandes contaminadores y dejar de promover su propia destrucción”, dijo Andrew Simms, codirector del New Weather Institute, en un comunicado de prensa.
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