El máximo goleador y mejor jugador del Mundial de 1990, Toto Schillaci, falleció a los 59 años, se anunció el miércoles 18 de septiembre. El exdelantero italiano padecía recientemente un cáncer de colon.
El gran nombre del fútbol italiano, Salvatore “Totò” Schillaci, falleció a los 59 años. Así lo anunció este miércoles 18 de septiembre la Federación Italiana de Fútbol. El exdelantero del FC Messina, Juventus e Inter, mejor jugador y máximo goleador del Mundial de 1990, en el que la Nazionale quedó tercera en casa, sufría un cáncer de colon.
“Se guardará un minuto de silencio antes de los partidos de la próxima jornada liguera”, anunció la Federación Italiana de Fútbol. “Hizo soñar a toda una nación durante las mágicas noches de Italia de 1990”, escribió el Inter de Milán en un homenaje al jugador. “Ciao Toto”, reaccionó la Juventus en las redes sociales.
“Las celebraciones irreprimibles, en las que su rostro era símbolo de alegría compartida, permanecerán para siempre como patrimonio común del fútbol italiano”, afirmó Gabriele Gravina, presidente de la federación. “Totò fue un gran futbolista, un símbolo tenaz de voluntad y redención, supo entusiasmar a la afición azzurra porque su fútbol olía a pasión. Y fue precisamente este espíritu indomable lo que lo hizo amado por todos y lo que lo hará inmortal”.
El hombre de un verano
Nacido en Palermo, Totò Schillaci se hizo un nombre en el Messina entre 1982 y 1989. Luego fue transferido a la Juventus, donde ganó la Copa de la UEFA en su primer año en el Piamonte. Más tarde, encandiló a los aficionados italianos con la selección nacional. Seis de sus siete goles con la Nazionale llegaron en el Mundial de 1990.
En el Mundial de 1990, Totò Schillaci no era el titular esperado, pero cuatro minutos después de entrar como suplente contra Austria, abrió el marcador. Los goles contra Checoslovaquia, Uruguay, Irlanda y Argentina vendrían después. La Albiceleste de Diego Maradona se había impuesto en los penaltis a Italia en semifinales. El compañero de Roberto Baggio marcó desde el punto de penalti para asegurar el tercer puesto contra Inglaterra.
Su temporada le valió el segundo puesto en el Balón de Oro de 1990, por detrás del alemán Lothar Matthäus. El resto de su carrera fue mucho menos brillante. “Mi carrera, en cierto modo, duró tres semanas. Pero no las cambiaría por títulos por nada del mundo”, confesó.
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