“A Perfect Unknown” no es una película biográfica, sino la historia de una revelación, con un chalamet Timoteo perfecto en Bob Dylan

-
>>

El ascenso irresistible de Bob Dylan, encarnado por un chalamet Timothy muy convincente.

Leer más tarde


Google News




Compartir



Facebook



Gorjeo



Correo electrónico



Copiar el enlace

Enviar

Tiempo de lectura: 1 min.

Con libertad

Crítica
Biopía musical de James Mangold, con Timothée Chalamet, Edward Norton, Monica Barbaro, Elle Fanning (Estados Unidos, 2h20). En el comedor el 29 de enero ★★★★ ☆

Para ir más allá

Timothée Chalamet en el papel de Bob Dylan? Para la simple idea, los fanáticos del “Zim” inmediatamente se perdieron el proyecto, extendiéndose de una manera el gesto reaccionario del purista de la gente que renuncia al cantante cuando fue a los sonidos eléctricos en 1965. “A Perfect Desconocido” debería clavarse ellos el pico. No es una película biográfica sino la historia de una revelación. La fábula mesiánica, hasta los hombres, un poeta vagabundo que se desembolsa en Nueva York para conocer a su héroe Woody Guthrie antes de convertirse en el heraldo planetario de un movimiento musical y una América en plena efervescencia, no sin haber vampirizado y luego dejar a las dos mujeres que lo amaban el mosaico.

Al centrarse en los comienzos de Dylan, desde 1961 hasta su concierto eléctrico en el Newport Folk Festival, Shift in Rock History, James Mangold y su coscenarista Jay Cocks cuentan una revolución cultural por el prisma del triángulo amoroso, muy nueva ola, que Dylan Formado con Joan Báez (Monica Barbaro, Radiant Revelation) y Suze Rotolo (Elle Fanning), renombrado Sylvie Russo. Es cierto que Rotolo no estaba en Newport el 25 de julio de 1965, y Dylan no se despidió de él cerca de un ferry como en “On the Quays”. Lo que sea, las libertades que toma la película con los hechos son muy didácticas, y la mirada de Russo entiende que nunca tendrá acceso a lo que Báez y Dylan comparten en el escenario valen la pena. Lo importante es: The Time (Greenwich Village, la crisis de los misiles de Cuba, el movimiento de derechos civiles), los compañeros románticos y, sobre todo, las canciones. Topado, y bien, por los actores. Cuando Dylan/Chalamet canta “Song to Woody” en Guthrie frente a un aturdido Pete Seeger (Edward Norton, delicioso) y firma el paso de los relés, los escalofríos ganan. Cuando Al Kooper improvisa el riff de órgano de “Like A Rolling Stone”, la leyenda parece estar escrita ante nuestros ojos.

Sin drogas (es una producción de Disney) pero fiel al Enigma Dylan, este tipo sucio y brillante, este trovador que huye. Chalamet, muy convincente, es menos buscando imitarlo que transmitir su mente. Así como Mangold evita cualquier psicología, esta plaga de biografías que pesaba en su “Walk the Line” en Johnny Cash, para encarnar una era y filmar a la juventud de un misterio.

-