Este es quizás uno de los mayores arrepentimientos de su segundo mandato de cinco años: el abandono de la reforma de las pensiones “puntuales”. Hoy, Emmanuel Macron lo admite fácilmente en privado. “Es lo que había que hacer”, confirman sus allegados a Paris Match. Y, sin embargo, durante su campaña de reelección, el candidato a la presidencia prefiere renunciar a una de sus principales promesas de campaña de 2017 y propone elevar la edad legal de salida a los 64 años – después de haber considerado durante un tiempo subir a los 65 años – y Esto a pesar de la fuerte oposición encontrada en las calles.
Este sistema universal de puntos, que sustituye al actual sistema de reparto, siempre que un euro aportado abra los mismos derechos para todos, “independientemente de cuándo se pagó y del estatus de la persona que aportó”. », como precisó el propio Jefe de Estado. Muchas veces pospuesto, el proyecto pudo presentarse a la Asamblea Nacional a principios de 2020. Los debates agitados: Edouard Philippe, entonces primer ministro, sacará 49,3 votos a finales de febrero para salir del estancamiento parlamentario durante la primera lectura en el Palacio Borbón– había sido paralizada en seco por la epidemia de Covid-19.
La reforma de los puntos abandonada
Suspendida, la reforma fue finalmente abandonada. Emmanuel Macron reconoce, durante un viaje al Lot en 2021, que es “muy ambicioso, extremadamente complejo y, por tanto, lleno de preocupaciones. Hacerlo ahora sería ignorar el hecho de que hay muchos temores”. El ejecutivo se preocupa, a pocos meses de las elecciones presidenciales, de volver a poner el tema sobre la mesa. Sobre todo porque ese año el sistema tenía superávit (con un saldo positivo de 900 millones de euros).
Una mejora fugaz. Emmanuel Macron está convencido de ello. Desde finales de diciembre de 2021, durante una importante entrevista dedicada a hacer balance de su acción, presenta los principales ejes de la reforma que desea llevar a cabo si es reelegido. “Un sistema simplificado con tres grandes regímenes, uno para la función pública, otro para los asalariados y otro para los autónomos, añadiendo que está claro que debemos trabajar más tiempo”. Se plantea la idea de elevar la edad legal, sin mayores detalles. Vendrán muy pronto…
El arrepentimiento de Emmanuel Macron
“Hizo campaña sobre la transición a los 65 años. ¡Y no sobre la reforma de puntos! », critica un ex ministro especializado en el tema. Si la propuesta no impide que Emmanuel Macron sea reelegido, muchos dentro del campo presidencial piensan que habrá sido fatal para la mayoría. De 350 al final de las elecciones legislativas de 2017, los diputados de la mayoría –relativa– serán sólo 245 en el verano de 2022. Ante la impopularidad en la calle, como en la cámara, de la disminución de la edad legal a los 64 años, La primera ministra Élisabeth Borne se verá obligada a utilizar el 49,3 para hacer aprobar su proyecto de ley.
El resto después de este anuncio.
“Tuvimos que hacer reformas en algunos puntos”, lamenta todavía en privado el jefe de Estado, consciente, sin embargo, de las dificultades que supone modificar profundamente el sistema actual, dada la división del panorama político en tres bloques distintos. “Reducir la edad era lo más sencillo”, reconoce a Paris Match, uno de los que tuvo que defender el proyecto en su momento. Habría habido dificultades técnicas y eso habría creado tensión, porque las reglas actuales se habrían visto afectadas. »
¿Un cambio en la edad legal de salida a 64 años?
Hoy, por iniciativa de François Bayrou, se retoma la reforma. A partir del 19 de febrero –fecha en la que el Tribunal de Cuentas deberá informar las conclusiones de su misión flash sobre la financiación de las pensiones– una “delegación permanente” compuesta por “representantes de cada organización” tendrá tres meses para llegar a un “acuerdo sobre balance” (Nota del editor: sin consecuencias para las finanzas públicas). De lo contrario, se seguirá aplicando la reforma actual.
Emmanuel Macron no se opone a un cambio en la edad legal. “Nuestra única petición es que el coste de la mano de obra no se vea afectado”, nos dice el entorno del presidente. “La retirada de puntos podría ser una salida”, afirma un ex ministro especializado en el tema. “Quizás nos permitiría poner fin a esta enfermedad tan francesa de reabrir el debate sobre las pensiones cada cinco años”, filosofa un asesor del ejecutivo. La pelota está en el tejado de los sindicatos.
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