La victoria de Donald Trump, las polémicas, la impopularidad… Cómo Joe Biden empañó el final de su mandato

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Al suceder a Donald Trump tras el asalto al Capitolio, el presidente demócrata había despertado muchas esperanzas. Pero el fin de su mandato deja una amarga impresión entre los demócratas.

Una transferencia de poder en forma de humillación. Después de recibir al presidente electo Donald Trump en la Casa Blanca y luego de ver a su vicepresidenta Kamala Harris certificar su propia derrota en las elecciones presidenciales, Joe Biden asistirá al Capitolio, este lunes 20 de enero, para la toma de posesión de su mayor oponente.

El presidente demócrata termina su mandato –y su larga carrera política– en la amargura de la derrota y en la soledad de un hombre que decepcionó a su propio bando.

“Cuando sólo cumples un mandato y no logras ser reelegido, como Gerald Ford o Bush padre, el final es siempre un poco sombrío”, explica Ludivine Gilli, investigadora de la Fundación Jean-Jaurès. “Pero para Joe Biden, el contexto es realmente especial”.

promesa rota

Después de derrocar a Donald Trump del poder en 2020, ahora se considera que Joe Biden es quien ayudó a hacer posible su regreso. El día después del ataque al Congreso por parte de los partidarios de Trump, en enero de 2021, “Joe Biden se presentó como garante de la transición hacia una nueva era”, subraya Ludivine Gilli. “Cuatro años después, no ha cumplido su promesa”.

Si bien aseguró en 2019 que Donald Trump sería una “aberración temporal” en la historia de Estados Unidos, en última instancia es su propio mandato el que se sitúa como un paréntesis entre dos presidencias de Trump.

El presidente interino de Estados Unidos, Joe Biden, y su sucesor, el presidente electo, Donald Trump, durante una reunión en la Casa Blanca, en Washington DC (Estados Unidos), el 13 de noviembre de 2024. © SAUL LOEB / AFP

Desde la noche de la derrota, las lenguas comenzaron a soltarse en las filas demócratas. El fracaso de Kamala Harris se atribuye en gran medida a Joe Biden y a su tardía retirada de la campaña, el 21 de julio, apenas 100 días antes de las elecciones. Para la dirigente del partido Nancy Pelosi, que empujó a Joe Biden hacia la salida el verano pasado, una retirada anticipada del presidente habría permitido a su vicepresidente presentarse en una “primaria” interna y salir “más fuerte”.

“El análisis que se desprende es que se retiró demasiado tarde e impidió que el Partido Demócrata organizara su sucesión”, sostiene Ludivine Gilli, mientras que el candidato Biden se presentó en 2020 como un “puente” hacia “una nueva generación de líderes”.

“El partido todavía está considerando las causas profundas de la derrota, pero hay un consenso general de que Harris no hizo una mala campaña y que le resultó difícil hacerlo mejor”, continúa el especialista.

Una derrota aún no digerida

Sin embargo, Joe Biden parece albergar arrepentimiento, incluso resentimiento, hacia quienes lo empujaron a abandonar el escenario. A principios de enero, cuando USA Today le preguntó si habría podido vencer a Donald Trump, respondió: “Es presuntuoso decir eso, pero creo que sí”.

“Cuando (Donald) Trump se postuló, realmente creí que estaba en la mejor posición para vencerlo”, añadió. “Pero tampoco quería ser presidente a los 85 o 86 años. Así que hablé de pasar el testigo”.

Joe Bien no menciona la inmensa presión de los ejecutivos y donantes del Partido Demócrata que hicieron campaña para su retirada, y parece ignorar las encuestas que le mostraban en su momento un desempeño mucho peor que Kamala Harris contra Donald Trump.

Aunque lo menciona a medias, Joe Biden todavía parece minimizar la cuestión de su edad y, más allá de eso, el deterioro cada vez más evidente de sus capacidades físicas y cognitivas. El 19 de diciembre, una investigación del Wall Street Journal reveló las drásticas medidas adoptadas por la Casa Blanca para adaptarse a la agenda del presidente de 82 años y ocultar al público el impacto de su envejecimiento.

Una estrategia que se hizo añicos durante el debate contra Donald Trump en CNN el 27 de junio. Joe Biden parecía febril, con la voz temblorosa y luchando por terminar sus frases, para deleite de su oponente. “Realmente no sé lo que dijo al final. No creo que él tampoco sepa lo que dijo”, se burló el multimillonario.

El presidente estadounidense, Joe Biden, durante un debate en CNN contra su oponente Donald Trump el 27 de junio de 2024 en Atlanta (Georgia, Estados Unidos). © CRISTIAN MONTERROSA / AFP

“Pato cojo”

Los arrepentimientos expresados ​​por Joe Biden suenan como dardos dirigidos a Kamala Harris, mientras que las relaciones entre las dos figuras del ejecutivo estadounidense se han vuelto “heladas” desde las elecciones, según otras revelaciones del Diario de Wall Street. Estas declaraciones muestran también el estado de ánimo de un líder que ahora tiene poco que perder.

Desde el 6 de noviembre, Joe Biden ha gobernado como un “pato saliente” (pato cojo), expresión anglosajona utilizada para describir a un líder saliente que espera la llegada al cargo de su sucesor.

Durante este período de transición que separa las elecciones de la toma de posesión del nuevo presidente, el demócrata mantuvo un perfil bajo, mientras toda la atención mediática se centraba en Donald Trump y sus contundentes declaraciones.

Sin embargo, hasta el último día, su administración siguió trabajando a plena capacidad para consolidar el legado del mandato: prohibir nuevas perforaciones en alta mar, establecer nuevos objetivos climáticos, enviar créditos adicionales a Ucrania, autorizar a Kiev a utilizar armas de largo alcance contra territorio ruso, Negociaciones en Medio Oriente para una tregua en la Franja de Gaza…

La gracia de su hijo, la polémica definitiva

Pero se trata de una decisión completamente diferente que corre el riesgo de simbolizar el fin de su mandato. El de conceder un indulto presidencial a su hijo, Hunter, condenado en casos de posesión ilegal de armas de fuego y evasión fiscal, tras haber prometido reiteradamente que no lo haría.

El presidente estadounidense Joe Biden y su hijo Hunter Biden salen de una librería en Nantucket, Massachusetts, Estados Unidos, el 29 de noviembre de 2024.
El presidente estadounidense Joe Biden y su hijo Hunter Biden salen de una librería en Nantucket (Massachussets, Estados Unidos), el 29 de noviembre de 2024. © Mandel NGAN / AFP

Al incumplir su palabra, Joe Biden provocó la indignación de toda la clase política, incluida la de su propio partido. La decisión crea “un mal precedente del que los futuros presidentes podrían abusar y que lamentablemente manchará su reputación”, lamentó el gobernador demócrata de Colorado, Jared Polis.

Este indulto “será utilizado en nuestra contra cuando luchemos contra los abusos que provienen de la administración Trump”, advirtió también el representante demócrata Glenn Ivey.

“Seguirá siendo una gran mancha en su historial”, afirma Ludivine Gilli. Al perdonar a su hijo, “Joe Biden está haciendo lo que acusa a Donald Trump de hacer”, subraya. El republicano, que indultó al final de su mandato al padre de su yerno Jared Kushner, Charles Kushner, condenado en 2004 a dos años de prisión por malversación de impuestos, ya prometió indultar a numerosos atacantes del Capitolio.

Al perdonar a su hijo, Joe Biden empaña el final de su mandato

Al perdonar a su hijo, Joe Biden empaña el final de su mandato

Para Ludivine Gilli, esta decisión es sobre todo la de un padre amoroso del que Hunter es el último hijo vivo. Su hijo mayor, Beau, murió de cáncer en 2015, mientras que su hija Naomi murió junto con su primera esposa, Neilia, en un accidente automovilístico en 1972.

“Sabemos que su familia lo es todo para él por su trágico pasado”, analiza. “Se habría culpado por no haber protegido a su hijo, mientras Donald Trump prometía venganza contra sus oponentes políticos y la familia Biden”.

¿Un balance desperdiciado?

Derrota en las urnas, salud precaria, polémicas… Joe Biden deja la Casa Blanca especialmente impopular. Al atardecer de su presidencia, los estadounidenses juzgan su mandato con más dureza que los primeros de Donald Trump y Barack Obama. Según una encuesta del Instituto Norc para Associated Press publicada el 10 de enero, sólo una cuarta parte de los estadounidenses lo consideran un presidente “bueno” o “excelente”, frente al 36% de Donald Trump y el 52% de Barack Obama.

Sin embargo, el presidente tiene en su haber un importante historial legislativo, ha realizado importantes inversiones como el gigantesco plan socioambiental Inflation Reduction Act o el vasto proyecto de renovación de las infraestructuras estadounidenses. También tomó importantes medidas sociales, como la cancelación de las deudas estudiantiles y la reducción del precio de los medicamentos.

Joe Biden también deja a Donald Trump como un país en gran forma económica. “A pesar de heredar la peor crisis económica en décadas al asumir el cargo, con un desempleo del 6%, hemos logrado mantener la media de desempleo más baja de cualquier gobierno en los últimos cincuenta años”, subrayó el presidente saliente.

El presidente estadounidense, Joe Biden, pronuncia su discurso de despedida desde la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington DC (Estados Unidos), el 15 de enero de 2025.
El presidente estadounidense Joe Biden pronuncia su discurso de despedida desde la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington DC (Estados Unidos), el 15 de enero de 2025. © GETTY IMAGES NORTEAMÉRICA / Getty Images vía AFP

También se felicitó por haber permitido la creación de “más empresas que cualquier otro gobierno” en cuatro años, con la creación de 21 millones de nuevas PYME durante el período.

Los resultados del mandato de Joe Biden están lejos de ser malos, reconoce la investigadora Ludivine Gilli.

“Es incluso un logro haber aprobado leyes tan importantes en sólo cuatro años y sin tener rienda suelta en el Congreso”, considera.

Pero estos textos “darán frutos en los próximos años o incluso décadas”, mientras los estadounidenses veían cada día las consecuencias de la inflación en sus billeteras.

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