El servicio de seguridad interior israelí (Shin Bet) ha establecido un marco estricto para la liberación de prisioneros palestinos a cambio de rehenes. Bajo el liderazgo de su director Ronen Bar, la agencia ha trazado líneas rojas inflexibles destinadas a minimizar los riesgos de seguridad para Israel.
“No hacer concesiones sobre los símbolos del terrorismo” es la principal directiva emitida por el Shin Bet. La agencia ha creado así una “lista de veto” que excluye categóricamente a determinadas categorías de presos: los jefes de organizaciones, los altos dirigentes y los autores de grandes atentados no pueden ser liberados bajo ninguna circunstancia.
El perfil de los detenidos está sujeto a un análisis minucioso. La edad constituye un criterio determinante, cuyo objetivo es limitar la liberación de presos con edad suficiente para reanudar actividades terroristas. Las autoridades prestan especial atención a las habilidades específicas de los detenidos: los expertos en explosivos o aquellos con “experiencia única” en terrorismo quedan automáticamente excluidos del proceso.
Por otro lado, el Shin Bet favorece la liberación de detenidos con patologías graves, adoptando así un enfoque humanitario selectivo. Los “prisioneros perpetuas”, condenados por actos que implican pérdidas humanas, están sujetos a un escrutinio particularmente riguroso.
La agencia propuso incluir en la lista a cientos de habitantes de Gaza arrestados durante operaciones terrestres recientes, siempre que no participaran en los ataques del 7 de octubre. Esta propuesta tiene como objetivo facilitar las negociaciones manteniendo los principios de seguridad establecidos.
Los servicios de seguridad han previsto un sistema de vigilancia reforzado para los ex detenidos tras su liberación. Se establecerá un sistema de vigilancia, tanto en la Franja de Gaza como en el extranjero, para detectar cualquier reanudación de actividades terroristas.
Las negociaciones en Qatar estuvieron marcadas por importantes tensiones sobre ciertos nombres reivindicados por Hamás. Gracias a las “soluciones creativas”, en palabras de los negociadores, desarrolladas conjuntamente por el Shin Bet, el Mossad y las FDI, se llegó a un compromiso sin ceder en los casos considerados más delicados.