Rusia espera acciones concretas de Donald Trump en relación con el conflicto en Ucrania. El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, acogió con satisfacción ciertos comentarios del presidente electo estadounidense, pero…
Mientras el mundo contiene la respiración a la espera de la toma de posesión de Donald Trump, Rusia examina atentamente las primeras declaraciones del futuro inquilino de la Casa Blanca sobre el expediente ucraniano. Sergei Lavrov, ministro ruso de Asuntos Exteriores, acogió con agrado ciertos comentarios del presidente electo estadounidense el martes, considerándolos un bienvenido reconocimiento de las “realidades sobre el terreno”. Sin embargo, Moscú espera ahora que Trump, una vez oficialmente al mando, formule claramente su posición sobre este conflicto que desgarra a Ucrania desde hace casi tres años.
Rusia en posición de fuerza en el terreno ucraniano
Para el Kremlin, cualquier acuerdo de paz en Ucrania debe necesariamente tener en cuenta la situación actual en el frente. Una forma apenas velada de recordar que Rusia, con sus avances militares, controla hoy casi el 20% del territorio ucraniano. Por tanto, Moscú no parece dispuesta a devolver las regiones conquistadas, empezando por la península de Crimea anexada en 2014.
Trump, ¿el hombre providencial para resolver la crisis?
Desde su sorpresiva elección en noviembre pasado, Donald Trump ha despertado muchas esperanzas en el lado ruso. De hecho, el magnate inmobiliario ha prometido resolver rápidamente el conflicto ucraniano, sin revelar su estrategia. Una perspectiva tentadora para el Kremlin, que dice estar dispuesto a reunirse con el nuevo presidente estadounidense pero espera “iniciativas concretas” de él.
La OTAN, manzana de la discordia entre Moscú y Washington
En el centro de las tensiones, la cuestión de la membresía de Ucrania en la OTAN continúa cristalizando desacuerdos. La semana pasada, Donald Trump acusó a su predecesor Joe Biden de haber abierto el camino para la integración de Kiev en la Alianza Atlántica, contribuyendo de hecho a precipitar la ofensiva rusa. Palabras que dieron en el blanco en Moscú, que estaba muy contrariada por la promesa de adhesión hecha a Ucrania en 2008 por los países de la OTAN.
“En un momento, Biden dijo: deberían poder unirse a la OTAN. Bueno, Rusia tenía a alguien en su puerta, puedo entender el sentimiento (ruso) al respecto”.
-Donald Trump
Pero a pesar de estas alentadoras declaraciones a los ojos del Kremlin, Estados Unidos y Alemania siguen reacios a dar el paso, temiendo que tal decisión arrastraría a la OTAN a un conflicto abierto con Rusia.
Groenlandia, ¿un nuevo campo de juego geoestratégico?
Otro tema delicado mencionado por Serguéi Lavrov: el caso de Groenlandia. Ante el deseo de anexión esgrimido por Donald Trump, el jefe de la diplomacia rusa pidió “escuchar a los groenlandeses”. Una postura cuanto menos sorprendente, cuando sabemos que Moscú apenas tuvo en cuenta las opiniones de las poblaciones locales de Crimea o del Donbass ucraniano antes de reivindicar su apego a la patria rusa.
En los albores de lo que promete ser una importante redefinición de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, sólo queda una certeza: la cuestión ucraniana, como muchos otros puntos de fricción, debería dar lugar a intensas negociaciones diplomáticas. Queda por ver si Donald Trump, un excelente negociador, logrará mover las líneas donde su predecesor Barack Obama fracasó durante ocho años.