Escuelas cerradas, viviendas congeladas, cortes de electricidad, economía paralizada y desempleo técnico para la mayoría… el año 2025 ha comenzado muy mal para los 367.000 habitantes de Transnistria, una región separatista al este de Moldavia. Aunque estuvo gobernada durante tres décadas por un régimen autoritario prorruso, esta estrecha franja de territorio, sin salida al mar entre Ucrania y Moldavia, vio cortada su suministro de gas por parte de Moscú el 1 de enero.es Enero.
Es el resultado lógico de una disputa entre Rusia y Moldavia –una deuda con Gazprom disputada por los moldavos– y también una consecuencia de la invasión rusa de Ucrania. el 1es En enero, Kiev cortó el gasoducto que cruzaba su territorio y que suministraba gas ruso a Moldavia y, por tanto, a Transnistria.
Transnistria, que no está reconocida por ningún Estado del mundo, se ve aún más afectada porque el gas ruso cubre el 100% de sus necesidades y se suministra “gratis”. Es decir, a cambio de un alineamiento de sus dirigentes con Moscú, el mantenimiento de un destacamento del ejército ruso –cuya salida exigen las autoridades moldavas– y una forma de anexión de la población mediante la distribución de pasaportes rusos, acompañada de beneficios sociales como el acceso al sistema de pensiones ruso.
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