Ya han pasado 10 años desde que la policía martiniquesa Clarissa Jean-Philippe fue asesinada cobardemente a tiros por el terrorista Amedy Coulibaly mientras atendía un accidente de tráfico trivial.
Recordamos que el 8 de enero de 2015, a las 8 de la mañana, en Montrouge, suburbio del sur de París, dos policías municipales y dos agentes de carreteras intervinieron en un accidente de tráfico. Aún era de noche cuando, en la oscuridad, un hombre corrió hacia ellos, sacó un rifle de asalto y disparó. Golpeó a una limpiadora y a una agente de policía, Clarissa Jean-Philippe, que sucumbió a sus heridas.
En la confusión, otro agente de limpieza corre hacia el terrorista para intentar quitarle el arma. El tirador lo golpeó en la cabeza con la culata de un rifle. Su arma se atascó. Él huye. Los investigadores identificaron rápidamente al autor del tiroteo: Amedy Coulibaly, cercano a los hermanos Kouachi.
Posteriormente, la investigación plantearía la hipótesis de que el terrorista no tenía como objetivo inicialmente a los agentes de policía, sino la escuela-sinagoga judía Yaguel Yaacov, situada a 200 metros de distancia, habiendo visto sus planes frustrados por la presencia de la policía y llegando demasiado pronto al lugar. Un odio antisemita que pondrá en práctica al día siguiente.
Para perpetuar la memoria de Clarissa Jean-Philippe, la ciudad bautizará oficialmente la sede de la policía con su nombre este miércoles. Están previstos numerosos homenajes, especialmente en Martinica y Sainte-Marie.
Tenemos un pensamiento para sus seres queridos, en particular para su madre, Marie-Louisa Jean-Philippe, que lamentablemente nos dejó a finales del año pasado, el 17 de noviembre de 2024.
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