Qué lejano parece el momento en el que toda Europa, incluido Luxemburgo, contenía la respiración ante la posibilidad de un apagón energético, resultante de la reducción de los suministros de gas ruso y de las tensiones en los mercados energéticos. Fue hace más de dos años, durante el invierno de 2022-2023. Hoy, a pesar de la vertiginosa subida de los precios y del fin de las medidas de ayuda, el miedo a la escasez de gas natural parece formar parte de la historia antigua. Sin embargo, de hecho, los países de la UE siguen haciendo esfuerzos para reducir su consumo de gas natural, con el fin de reducir esta dependencia energética de Rusia.
De hecho, en julio de 2022, los países de la UE adoptaron una recomendación para seguir reduciendo el consumo de gas natural en al menos un 15% en comparación con su consumo medio de gas en el período comprendido entre el 1 de abril de 2017, el 31 de marzo de 2022 y hasta el 31 de marzo de 2025. Luxemburgo Desde el principio ha participado activamente en los esfuerzos europeos, superando periódicamente el objetivo fijado del 15%.
Esfuerzos que continúan hoy
Esfuerzos que, como se indicó, continúan en la actualidad. El gobierno anunció este martes 7 de enero que para el mes de diciembre de 2024, la reducción del consumo de gas natural correspondió a aproximadamente el 15% respecto al período de referencia de los años 2017 a 2022, exactamente al nivel del objetivo previsto.
En detalle, el consumo de gas natural para el mes de diciembre pasado fue de 834 gigavatios hora (GWh) frente a los 982 del promedio 2017-2022. En los meses anteriores, las caídas del consumo fueron más marcadas (-21% en noviembre o -27,2% en octubre). Cabe destacar que el mes de diciembre fue más frío que los meses anteriores. Pero queda por ver si, teniendo en cuenta la caída de las temperaturas, Luxemburgo podrá mantener sus esfuerzos durante el invierno. Se esperan temperaturas bajo cero para el segundo fin de semana de enero.
En ese momento, el gobierno había intensificado las campañas de prevención dirigidas a la población para que adoptara comportamientos más económicos, como bajar la calefacción o utilizar electrodomésticos que consuman menos energía. Asimismo, se había bajado la temperatura en los edificios públicos y la iniciativa fue seguida por gran parte del sector privado. Además, Luxemburgo había promovido las bombas de calor a través de varias subvenciones o incluso había acentuado la renovación energética de los edificios más antiguos, verdaderos tamices energéticos. También se prestó especial atención al sector industrial, con el fin de implementar procesos que consuman menos energía.
El gobierno recuerda en cualquier caso que hay información adicional sobre las tendencias energéticas en Luxemburgo en la plataforma www.energieauer.lu, lanzada por el Ministerio de Economía en colaboración con Klima-Agence.
Cabe señalar también que esta iniciativa para reducir el consumo de gas natural también apunta a los objetivos de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 y la neutralidad de carbono para 2050. Limitar el consumo de gas natural, que es un combustible fósil energético, contribuye a esta transición acelerando la adopción de energías renovables.