El presidente electo Donald Trump se ha negado a descartar el uso de la fuerza para anexar el Canal de Panamá y Groenlandia, al tiempo que blande la amenaza económica contra Canadá. Una escalada sin precedentes que…
Durante una conferencia de prensa en Mar-a-Lago con un tono particularmente provocativo, el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, se negó a descartar la posibilidad de una anexión por la fuerza de dos territorios estratégicos: el Canal de Panamá y el Tierra Verde. Una escalada verbal sin precedentes, que amenaza con tensar aún más las relaciones con estas regiones y con Canadá, también amenaza con represalias económicas.
Panamá y Groenlandia, “vitales” para Estados Unidos según Trump
Cuando se le preguntó sobre un posible uso de las fuerzas armadas para apoderarse del Canal de Panamá, centro neurálgico del comercio marítimo mundial, así como de Groenlandia, un territorio autónomo danés, Donald Trump declaró: “No puedo asegurarte sobre ninguno de ellos”.. Luego insistió en que estas dos áreas eran “muy importante para la seguridad económica” de su país. Una retórica marcial que contrasta con la tradición diplomática y que deja flotando el espectro de un conflicto abierto.
El Canal de Panamá, una obsesión trumpiana
Esta no es la primera vez que el líder republicano menciona una toma del Canal de Panamá. Ya ha declarado varias veces que quiere recuperar el control si no se reducen los peajes para los barcos estadounidenses. Durante su rueda de prensa, volvió a criticar el acuerdo firmado en 1977 por Jimmy Carter, que derivó en una transferencia de soberanía a Panamá en 1999. Un “regalo” que considera claramente lamentable.
Groenlandia, una cuestión geoestratégica importante
En cuanto a Groenlandia, Donald Trump ya había declarado antes de Navidad que “Para la seguridad nacional y la libertad en todo el mundo, Estados Unidos cree que la propiedad y el control de Groenlandia es una necesidad absoluta”. En un momento preocupante, su hijo Donald Trump Jr llegó a la isla poco después de estas declaraciones, oficialmente como “turista” y sin reuniones previstas con las autoridades locales. Es difícil no ver un vínculo con los objetivos territoriales estadounidenses.
Máxima presión sobre Canadá
El otro objetivo de las amenazas del futuro inquilino de la Casa Blanca es Canadá. Después de haber sugerido la víspera que a este país le interesaría convertirse en el 51º Estado americano, Trump amenazó con utilizar “fortaleza económica” contra este aliado histórico, que según él sería “subsidiado” por Washington para su protección. Comentarios incendiarios cuando el primer ministro canadiense Justin Trudeau acaba de dimitir, creando un vacío político propicio para la presión.
La comunidad internacional contiene la respiración
Estas nuevas y estruendosas salidas de Donald Trump auguran fuertes tensiones geopolíticas para el inicio de su mandato. Si muchas de sus declaraciones de campaña se tomaron a la ligera, muchos ahora temen que cumpla sus amenazas una vez que asuma el cargo. Panamá y Dinamarca, de los que depende Groenlandia, así como Canadá, están en cualquier caso más en guardia que nunca contra este líder impredecible, dispuesto a hacer cualquier cosa para establecer la hegemonía estadounidense. Los próximos meses prometen ser decisivos.