Donald Trump Jr, hijo del presidente electo estadounidense, visitó Groenlandia el martes “como turista”, mientras su padre aumenta desde hace tiempo las provocaciones al evocar una posible anexión del territorio autónomo danés. En 2019 ya había mencionado su adquisición por parte de Estados Unidos.
Su avión con la inscripción “Trump” aterrizó poco antes de las 14.00 horas (hora suiza) en el aeropuerto de Nuuk. Interrogado por la cadena pública groenlandesa KNR, Donald Trump Jr aseguró que estaba allí como “turista” y que no tenía prevista ninguna reunión oficial. Permaneció allí unas horas antes de partir.
Pero si este viaje es probablemente sólo simbólico, incluso provocativo, se produce en un contexto particular, menos de dos semanas antes de que Donald Trump asuma el cargo en la Casa Blanca. De hecho, justo antes de Navidad, el presidente electo declaró que “para la seguridad nacional y la libertad en todo el mundo, Estados Unidos cree que la propiedad y el control de Groenlandia es una necesidad absoluta”.
Nuevas provocaciones de Trump
Un deseo de anexión que reiteró el martes, coincidiendo con el desplazamiento de su hijo. Preguntado sobre el tema de Groenlandia y Panamá (ver segundo recuadro) Durante una conferencia de prensa en su residencia de Florida, rechazó descartar el uso de la fuerza para apoderarse de estos territorios. “No puedo asegurarles ninguna de las dos cosas”, dijo, en tono provocador, asegurando que esto sería “muy importante para la seguridad económica” de Estados Unidos.
Instó a Dinamarca a “renunciar” a este territorio autónomo.
“Groenlandia es un lugar increíble y su gente, cuando llegue a ser parte de nuestra nación, se beneficiará enormemente”, había escrito ya la víspera en su red Truth Social.
“No estamos en venta”
“Groenlandia pertenece a los groenlandeses”, replicó en este contexto la primera ministra danesa, Mette Frederiksen. “Estados Unidos es nuestro aliado más cercano”, subrayó.
“Groenlandia es nuestra. No estamos en venta y nunca lo estaremos”, escribió en Facebook el jefe del gobierno groenlandés, Mute Egede, tras una primera sugerencia de anexión antes de Navidad.
“No, gracias”, dijo también la diputada Aaja Chemnitz, que representa a Groenlandia en el Parlamento danés. “Es increíble que algunas personas puedan ser tan ingenuas como para pensar que nuestra felicidad se logra al convertirnos en ciudadanos estadounidenses”, escribió en Facebook, negándose a “ser un peón en los ardientes sueños de Trump de expandir su imperio a nuestro país”.
Recursos minerales, arena y posición estratégica.
Groenlandia despierta deseo por sus recursos naturales, aunque la prospección petrolera y la explotación de uranio están prohibidas, y por su importancia geoestratégica. Estados Unidos ya tiene allí una base militar desde la Segunda Guerra Mundial.
El territorio autónomo danés posee también impresionantes reservas de arena, un recurso cada vez más escaso para la construcción y cuyo mercado mundial se estima en unos cien mil millones de dólares.
>> Escuche esta columna de 2019 sobre este tema:
Con estos recursos, el territorio, autónomo desde 1979, busca hoy ganar soberanía, pero sigue dependiendo financieramente de Copenhague, de quien todavía recibe casi una quinta parte de su PIB anual en forma de subsidios.
Sin embargo, durante sus deseos de este año, el Primer Ministro groenlandés afirmó que el territorio debe dar “un paso adelante” y configurar su futuro, particularmente en términos de “socios comerciales”.
Pierrik Jordán con la AFP
