CARTA DE SAN JOSÉ
En Costa Rica, la conferencia de prensa semanal del presidente de la República, Rodrigo Chaves, comienza cada miércoles al mediodía como un noticiero televisivo. Se anuncian los títulos del programa antes de dar paso al líder que “saluda respetuosamente a los medios de comunicación presentes”. Detrás de su escritorio, como un profesor, hace desfilar a los ministros. “rendir cuentas al pueblo”.
Un presentador, cuyo rostro no podemos ver, marca estas secuencias con anuncios de vídeos sobre proyectos gubernamentales, que utilizan los códigos del periodismo para realizar anuncios promocionales. Entre estos capítulos, el jefe de Estado habla, se felicita a sí mismo y a sus ministros, pero sobre todo critica, insulta y arroja nombres, a menudo los mismos: el presidente de la Asamblea Legislativa, el fiscal, los magistrados y los periodistas en particular.
Si el ejercicio ocupa todo el arsenal del talk show, se trata oficialmente de una rueda de prensa, con periodistas acreditados, para hacer preguntas al final de las dos horas de conferencia. Y este momento oscila entre un angelismo increíble y una batalla campal.
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