Este proyecto –mencionado en diciembre por la agencia oficial china Xinhua como una forma de que Beijing reduzca su huella de carbono promoviendo al mismo tiempo el desarrollo económico del Tíbet– eclipsaría la monumental presa de las Tres Gargantas en el centro de China.
Se pidió a China “que garantice que los intereses de los Estados situados aguas abajo del Brahmaputra”, es decir, India y Bangladesh, “no se vean perjudicados como resultado de las actividades aguas arriba”, afirmó. declaró el portavoz del ministro indio de Asuntos Exteriores, Randhir Jaiswal.
Nueva Delhi estará atenta a este asunto y “tomará las medidas necesarias para proteger (sus) intereses”, aseguró Jaiswal a los periodistas.
India ha expresado “consistentemente” “sus puntos de vista y preocupaciones” con respecto a los “megaproyectos en vías fluviales” en territorio chino, dijo el portavoz, enfatizando la “necesidad de transparencia y consulta con los estados río abajo”.
A través de su Ministerio de Asuntos Exteriores, China aseguró en diciembre que el proyecto de presa tibetana, que pretende “acelerar el desarrollo de energías limpias y luchar contra el cambio climático”, no tendría “ningún efecto negativo aguas abajo”.
En el pasado, los defensores del medio ambiente también han advertido sobre las consecuencias potencialmente irreversibles de proyectos de este tipo en los frágiles ecosistemas de la meseta tibetana.
Los dos rivales asiáticos, India y China, comparten miles de kilómetros de fronteras en disputa, defendidas en ambos lados por decenas de miles de soldados.
